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**América Latina es el campo inmediato de la confrontación con China. Trump busca frenar la impresionante expansión lograda por el gigante asiático en los últimos 20 años. Pero no ofrece nada a cambio de que los países se sometan a sus políticas.
La Crónica de Chihuahua
5 de mayo, 20:53 pm
Claudio Katz/ La Haine
Trump pretende engrandecer a los capitalistas de Estados Unidos mediante un duro paquete de sanciones, aranceles y chantajes. Espera revitalizar con esas exigenciasa un alicaído imperio.
En la distribución de imposiciones Europa debería ofrendar su industria, Rusia limitar su desarrollo, Asia prescindir de su autonomía financiera y China renunciar a su expansión. A Latinoamérica le correspondería entregar todos sus recursos al dominador del Norte.
Para reforzar esas demandas Trump emite comentarios despectivos y amenazadores. Afirma que Estados Unidos debe contrapesar la penalización económica que sufre por parte de América Latina. Expone ese disparate, proclamando que su país ¨no necesita¨ al resto del continente y puede prescindir de las relaciones con sus vecinos.
Con esa arrogancia, encubre que el imperialismo estadounidense confisca desde hace más de un siglo las riquezas de la región. Se planta como un benefactor que puede abandonar a sus auxiliados, cuando en los hechos sucede lo contrario.
Washington necesita reafirmar su dominación de América Latina para recuperar primacía mundial. Lejos de ocupar un lugar prescindible, la región es un laboratorio del control mundial que Trump auspicia para los poderosos de su país.
DESPLAZAR A CHINA SIN OFRECER NADA
América Latina es el campo inmediato de la confrontación con China. Trump busca frenar la impresionante expansión lograda por el gigante asiático en los últimos 20 años. Mientras que la participación china en el comercio exterior de la región saltó del 3,7% (2001) al 16% (2020), la incidencia de Estados Unidos decayó del 49,7% al 37,4%. El volumen de las transacciones con el gigante oriental se disparó de 18,000 a 450,000 millones de dólares.
Ese salto sintonizó con el impetuoso avance de la Ruta de la Seda, que sumó a 21 de los 33 países de la zona, frente a un total estancamiento del proyecto rival de América Crece. El mercado chino se ha convertido en el principal destino de exportaciones de países como Chile, Perú o Brasil, que hace algunos años mantenían un flujo comercial privilegiado con Norteamérica.
Estados Unidos terminó descolocado en la disputa por la supremacía del libre comercio. Primero, los convenios concertados por Washington con Colombia, Panamá, Perú, República Dominicana y México, no disuadieron a los firmados con Beijing por Chile, Costa Rica y Perú. Posteriormente, la propia Alianza del Pacífico -que debía forjar un promisorio eje con la Costa Oeste de la primera potencia- terminó absorbida por la pujanza oceánica de China. El globalismo occidental perdió tanta energía, que finalmente Estados Unidos debió abandonar el multilateralismo que precedió al segundo Trump.
La Crónica de Chihuahua es un diario independiente, enfocado a describir las singularidades y la cotidianidad de la comunidad chihuahuense.