23 de junio de 2013 - 15:43 pm

La contrarreforma de Peña, un retroceso histórico de 150 años

Por La Crónica de Chihuahua

Ciudad de México.- El presidente Enrique Peña Nieto prepara una magna ceremonia para promulgar la controvertida reforma al artículo 24 constitucional que le abrirá el ámbito público a la jerarquía católica, cambio que ya cumplió con todos los requisitos para ponerse en marcha: fue aprobada por la Cámara de Diputados, el Senado y –apenas en abril pasado– por la mayoría de los congresos estatales.

Esta modificación fue una promesa que, desde su campaña por la Presidencia, hizo Peña Nieto a la Iglesia católica, que con este cambio constitucional podrá impartir instrucción religiosa en las escuelas públicas, acceder a cargos de elección popular y poseer medios de comunicación masiva, entre otros derechos que anteriormente se le negaban.

Pero antes de que Peña Nieto promulgue la reforma, en estos momentos se prepara a la opinión pública con manifestaciones religiosas que algunos gobernadores y presidentes municipales realizan durante sus actos públicos, como ensayo de lo que serán las nuevas relaciones entre la Iglesia y el Estado mexicano.

Por lo pronto, los gobernadores de Chihuahua y Veracruz, César Duarte y Javier Duarte, respectivamente, ya “consagraron” sus respectivas entidades al Sagrado Corazón de Jesús. Mientras que la alcaldesa de Monterrey, Margarita Alicia Arellanes, entregó las llaves de la ciudad a Jesucristo. Lo mismo hicieron los alcaldes de Ensenada, Baja California; Guadalupe, Nuevo León, y Ciudad Benito Juárez, Nuevo León.

El investigador Elio Masferrer Kan, quien la semana pasada presentó el libro Estado laico y contrarreforma al 24 constitucional comenta al respecto:

“Esta reforma al artículo 24 ya reconoce la llamada ‘libertad religiosa’ que tanto venía pidiendo la jerarquía católica. Ahora sí tendrá apoyo constitucional para decir: ´Tengo libertad para dar instrucción religiosa en las escuelas públicas, tengo libertad para tener medios de comunicación y para hacer esto y aquello´, pues la reforma le abre a la Iglesia posibilidades para todo… ¡para todo!”.

–¿De ese grado es la importancia de la reforma? –se le pregunta.

–Sí, pues con ella se podrán eliminar las restricciones impuestas a la Iglesia a partir del siglo XIX. Entierra lo que queda del juarismo y clausura 150 años de historia. Es realmente una gran contrarreforma porque significa un retroceso histórico. De ese tamaño es el cambio.
Proceso