21 de julio de 2015 - 10:36 am

Vertebral

Por Lily Dueñas

Bocoyna, Lugar de pinos, municipio chihuahuense con 28 mil 766 habitantes el 35.3% de ellos vive en pobreza, el rezago educativo afecta a más del 16.1% y el 13.6% no tiene servicios de salud, mientras que la carencia por acceso a la seguridad social afecta al 48.4%, esto a pesar contar con una de las comunidades más turísticas del estado, Creel, ¿a dónde van los millones de pesos de derrama económica que deja cada temporada vacacional?, ciertamente a los bolsillos de los habitantes de Bocoyna no.

La falta de equidad en la repartición de la riqueza y el recurso público aunado a la corrupción de los grupos políticos que dominan la región, es un lastre para los más pobres, que mueren de hambre, de frío, de calor, de enfermedades.

Por eso el plantón que cientos de serranos provenientes de Creel, San Juanito, Sisoguichi, Sojahuachi, Rochivo y Panalachi, han instalado en la cabecera municipal, frente a la sede del ayuntamiento no es una sorpresa, es fruto de la incompetencia gubernamental de Ernesto Estrada Domínguez, alcalde de Bocoyna, que después de recibir el apoyo de los ahora manifestantes durante su campaña, ahora les da la espalda y les niega solución a sus demandas.

Sus demandas son de lo más elementales:

  1. Ampliación de red de drenaje en el Seccional Municipal de San Juanito;
  2. Ampliación de red eléctrica en San Juanito;
  3. Revestimiento del camino a la comunidad de Babureachi;
  4. 800 tinacos con capacidad de mil 100 litros y 1000 láminas de 16 pies calibre 28.

Pero Estrada, a pesar de haber firmado ese documento de compromisos, ahora quiere desconocerlos.

Los inconformes no son un grupo amorfo, sino una sólido agrupación pertenecientes al Movimiento Antorchista Nacional, que agotó las instancias de gestión y como último recurso recurrió a la manifestación pública.

Ya ha pasado más de una semana desde que se inició el plantón, y las autoridades municipales no han dado respuesta, pero eso si han hecho hasta lo imposible por deshacerse del plantón, primero el alcalde intentó sobornar uno por uno a los manifestantes, después mandó a que uno de sus empleados y con camioneta oficial, amagara a los inconformes con aplastarles, y como estos no cedieron, mandó a otro fulano a gritarles improperios.

Curiosa la política que aplica este alcalde, cuyo lema en papel es "cumpliendo Compromisos" pero que a los más pobres de su municipio les dijo, claro después de ganar la elección, "no es lo mismo prometer siendo candidato que cumplir de alcalde".

Esta es una muestra de coraje de los que llaman los más desprotegidos, pero también es una muestra de la rebeldía de un pueblo que no agacha la cabeza cuando un individuo o grupo político pretende pasarle por encima a sus derechos constitucionales.