20 de julio de 2016 - 19:11 pm

Política económica inflacionaria

Por La Crónica de Chihuahua

Los economistas al servicio del sistema aseguran que elevar el nivel de los salarios en un país desencadena un alza de precios, comenzando con los artículos y servicios de consumo indispensable como alimentos, vestido, calzado, etcétera.

Las consecuencias inmediatas del aumento de salario las pagarían los mismos trabajadores con el descenso de su poder adquisitivo y el empeoramiento de sus condiciones de vida.

Estos economistas, empresarios y funcionarios públicos encargados de velar por el bienestar de las clases trabajadoras, consecuentemente recomiendan no disparar la inflación por la vía del aumento salarial.

Lo cierto es que la clase empresarial es muy receptiva a estos consejos; pasan los meses y los años sin que mejore para nada el ingreso de la clase mayoritaria; por el contrario, su salario disminuye frente al constante aumento de precios en los bienes y servicios básicos.

Pero los precios suben por otras causas y su alza es incontenible; por eso resultan infundados la alarma y el terror que dicen sentir empresarios y economistas ante la escalada inflacionaria que resultaría de un aumento salarial.

La pérdida del poder de compra se debe a la desproporción del precio de la fuerza de trabajo (salario), al que no se le permite aumentar, frente a un constante y acelerado aumento de los precios en los medios de vida.

La aceleración del fenómeno puede tener varia causas; según los economistas, un fuerte aumento de la demanda de bienes provoca un inmediato incremento en los precios y el aumento de esta demanda ocurre siempre que aumenta el ingreso de los consumidores.

Otra causa es la devaluación de la moneda nacional que viene ocurriendo hace tiempo frente al dólar, moneda de la que depende el peso mexicano; la reacción del mercado es la misma: una elevación general de los precios.

Las medidas de política preventiva frente a los acontecimientos internacionales también pueden repercutir en el valor del dinero y del salario, como se expone en el reporte especial de esta semana, que aborda el tema de la escalada inflacionaria por la que atraviesa nuestro país.

Ante el anuncio oficial de nuevos incrementos en los precios de la gasolina y la energía eléctrica (que tácitamente es anunciar un incremento general), analistas serios de la situación socioeconómica actual concluyen que el repunte inflacionario en marcha impactará negativamente a los trabajadores que ya hace tiempo vienen sufriendo el encarecimiento de los productos indispensables y otras calamidades resultantes de una política económica de reformas “estructurales” privatizadoras y de recortes al gasto público; pronostican un proceso inflacionario más intenso a partir de 2017 y advierten el riesgo de una inestabilidad económica y social más grave que la que hemos presenciado, sobre todo en lo que va de la segunda mitad de este sexenio.