21 de marzo de 2018 - 20:19 pm

La crisis de la unión europea

Por La Crónica de Chihuahua

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Buzos de la Noticia

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los Estados capitalistas de Europa sintieron la necesidad de frenar el belicismo y las pugnas por los mercados que mantenían dividido al viejo continente; Estados Unidos (EE. UU.) había avanzado hasta convertirse en la primera potencia imperialista y el bloque socialista se fortalecía. Pronto, en las economías europeas más desarrolladas surgieron ideólogos que proponían la unificación de Europa para alcanzar metas como la paz, democracia, justicia e igualdad.

En realidad, sus fundadores buscaban formar un frente común para competir con más posibilidades de éxito por la hegemonía mundial; en la década de los 50 comenzaron los ensayos que desembocarían en la actual Unión Europea (UE), que actualmente agrupa a 28 países miembros y que asegura promover “cuatro libertades de circulación”: de mercancías, servicios, personas y capitales; con una política laxa en el tema de las fronteras interiores y una moneda común, el euro. Surgió así una gran potencia que teóricamente sería capaz de competir con EE. UU., el bloque socialista y con economías emergentes.

Hace años que la UE se encuentra en crisis y su existencia está en peligro; desde el principio surgieron fuerzas y tendencias desintegradoras, personas y partidos escépticos de la conveniencia o las ventajas económicas y sociales que se esperaban de esa unión.

Los problemas económicos y políticos entre los países miembros, los choques internos y con fuerzas exteriores a la UE han crecido; esto se explica porque el desarrollo del capitalismo era muy diferente en cada uno de los integrantes, cada uno con sus propias leyes y desigualdades internas, con fuerzas en pugna por el poder; es decir, una situación política tan fragmentada que en cada vuelco electoral modificaba las relaciones internacionales.

Unos eran más fuertes, como Francia, Inglaterra y Alemania; y otros con un capitalismo débil y sin un mercado seguro, como España, Grecia, Portugal etc., pasaron a depender de las potencias imperialistas dominantes en aquel continente.

Los problemas de la UE se han agudizado (endeudamiento, sanciones y crisis económicas) y han puesto en riesgo su existencia misma o la permanencia de algunos de sus miembros. Un duro golpe en tiempos recientes fue la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión.

Los procesos electorales de cada país integrante repercuten directamente en la estabilidad de toda la UE; prueba de ello son los recientes comicios en Alemania e Italia, de los que se ocupa esta semana nuestro reporte especial, consignando la presencia de importantes fuerzas euroescépticas, es decir, que se oponen a la permanencia de estas dos poderosas naciones en el bloque y que parecen agudizar la crisis en que está sumido desde hace varios años.