Ahí vienen “los del sur”

Jornaleros sobreviviendo a la pobreza y las inclemencias climáticas de la región algodonera.

Lily Dueñas
Junio de 2014, 13:20 pm

Delicias, Chih.- Al llegar al KilÓmetro 92, (comunidad agrícola al suroeste del municipio de Delicias) un golpe oloroso a cebolla recibe al forastero. Todo, todo huele a cebolla. Los cultivos ya han sido cosechados, pero las tierras se vuelven a preparar para sembrar y cosechar otras dos cultivos. Delicias ahora cultiva más cebolla que algodón.

Según información del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), el estado de Chihuahua fue el mayor productor de cebolla por casi una década, en el periodo 2000 al 2009, con una producción promedio de 177,619.57 toneladas y un promedio en el rendimiento de 35.81 toneladas por hectárea en todo el país, y los campos de Delicias son tierra cebollera.

Pero ni esta cebolla, ni la alfalfa, ni el algodón, ni ningún otro producto agrícola en Delicias se produce sin la ayuda de manos jornaleras. Miles de hombres y mujeres, con todo y sus niños, viajan cientos de kilómetros desde sus estados de origen hasta Chihuahua cada año, para trabajar en los campos.

La Secretaría del Trabajo y Previsión Social del Gobierno del Estado (STPS) tiene un registro de 3 mil 533 jornaleros, que arribaron a Chihuahua en la temporada agrícola anterior, aunque se estima que “los del sur” como los llaman los habitantes de las colonias delicienses, son aún más.

Las diferentes comunidades agrícolas delicienses: Ejido El 10, La Campesina, Kilómetro 92 y tantas mas, ya trabajan en los diferentes cultivos, y a ellas llegan los jornaleros, dispuestos a trabajar mucho por muy poco.

Temperaturas de más de 40 grados centígrados, emisiones de rayos ultra violeta (UV) intensas y pobreza extrema, éstos son los obstáculos que estas familias tienen que superar.

En la colonia Campesina, cerca del Telebachillerato que ahí recibe a jóvenes de diferentes comunidades agrícolas, se escuchó primero y luego se divisó un grupo de niños que muy alegres y sonoros, mitigaban el calor de las 11 de la mañana en un canal de riego cercano. Niños jornaleros que se escaparon de la pizca porque “los niños de los del sur” también trabajan en la pizca desde muy pequeños ayudando así a sus padres a ganar el raquítico salario con que sobreviven, y así también se van entrenando para cuando crezcan y trabajen en la pizca.

Los habitantes de las comunidades rurales de Delicias son muy pobres, pero aparte carecen de servicios de transporte eficientes. Los camiones que salen del centro de Delicias hacía Naica y que pasan, por ejemplo, por La Campesina, salen cada hora, los camiones que atraviesan las comunidades pueden tardar hasta dos horas en recoger a su pasaje, no queda otra que caminar y así muchos lo hacen exponiéndose al inclemente sol y al calor.

Pero si los habitantes de estas comunidades batallan y sufren las inclemencias del clima, los jornaleros lo hacen aun más: ellos se trasladan largas distancias desde un albergue estatal ubicado en la colonia Laderas del Norte hasta sus lugares de trabajo.

A algunos se les ve en la ciudad de Delicias durante el fin de semana, comprando ropa en las segundas de la Octava y de la Obrera, y hasta en las de Orranteño, que queda ya en el municipio de Saucillo, hasta allá van los jornaleros a buscar algunas prendas de vestir, ya gastadas por el uso, sencillas y que se rematan hasta en 3 o 5 pesos la pieza.

Como si todas estas desventuras fueran poco, la madrugada de hoy debido a una falla en los conductos de gas, prendió fuego el albergue de Laderas del Norte. En el siniestro, María Eugenia Carrillo, de 41 años de edad; César Carrillo de 24 y Mayra García Aguilar de 19, originarios del estado de Nayarit y otras dos personas más que no han sido identificadas, sufrieron quemaduras de segundo y tercer grado. Además, una persona más pereció calcinada.

Así es la vida de los jornaleros, de la gente del sur y de sus niños, que viven una verdadera odisea cada temporada agrícola para lograr sobrevivir a la pobreza en que nacieron.