Soberbio arte prehispánico en los petrograbados de San Nicolás de la Joya

*La impresionante colección de figuras grabadas en la pared rocosa, tiene entre mil a mil cien años de antigüedad, según el arqueólogo Enrique Chacón Soria, único especialista que ha visitado el lugar.


Soberbio arte prehispánico en los petrograbados de San Nicolás de la Joya

La Crónica de Chihuahua
Junio de 2023, 08:33 am

*Los pobladores tienen memoria histórica hasta más atrás de la llegada de los conquistadores españoles y se reputan a ellos mismos como descendientes de los indios conchos, que fue la etnia más extendida en el territorio de lo que hoy es Chihuahua, ya desaparecida. O casi.

Por Froilán Meza Rivera

Satevó, Chihuahua.- San Nicolás de la Joya, que está poblada con los descendientes de los antiguos y originales indios conchos, a decir de ellos mismos, es una comunidad que guarda como un tesoro los pabellones rocosos en los que sus ancestros esculpieron en bajorrelieve un mensaje imperecedero.

En un paraje del río Conchos, a medio kilómetro de San Nicolás, las figuras "saltan" desde la matriz de roca rojiza.

Delicadas siluetas de cabras monteses, hombres con lanzas, pescadores en actitud de estar jalando del sedal, hombres con arcos y flechas, tortugas... el estilo es de un naturalismo a ultranza y total. Esta característica marca una gran diferencia con otros sitios de petrograbados, por ejemplo, en La Cueva de las Monas del municipio de Chihuahua, donde se encuentran múltiples representaciones abstractas y simbólicas.

Acá, el artista o artistas se expresaron de manera uniforme, y esto parece indicar que se trataba de individuos especializados, verdaderos genios. Y todos quienes han tenido el privilegio de contemplar el mural, coinciden en ello.

Destacan las figuras de varios hombres en actitud de estar nadando en el Conchos.

Estos "nadadores" (de los que habrá más referencias adelante) tienen la espalda encorvada, los dos brazos flexionados hacia adelante y formando un arco hacia arriba, la cabeza hacia adelante también, las piernas arqueadas exactamente en sentido contrario que las manos: la curva de las rodillas hacia abajo y hacia atrás... ¡sobresaliente!

El sitio de los petroglifos es una pared de roca que es parte de una serie de cantiles rojizos. El conjunto de grabados rupestres está escondido detrás de un bosquecillo de mezquites, de granjeles y nogales cimarrones, que ocultan el sitio de la vista de curiosos. El paraje es conocido por los lugareños como El Cajón, y su acceso es difícil porque hay que abrirse paso entre las rocas de la orilla del río y entre las arenas que sucesivas crecientes del río Conchos han depositado en el suelo.

RICO REPERTORIO

Muchas de las figuras han desaparecido ya, porque el sol y los elementos han ejercido acción destructora sobre la roca. En varios lugares se nota el desprendimiento de capas que, al desmoronarse, se han llevado parte de los dibujos.

Asimismo, por lo menos en tres puntos se pudo observar que saqueadores han intentado llevarse dibujos empleando cincel y martillo, pero todo indica que la piedra se les desmoronó sin que hubieran podido llevarse nada completo.

En todo el paredón que legó aquella cultura a la posteridad, no existe ninguna representación abstracta, el artista (los artistas) simplemente dibujó y raspó en la roca lo que le rodeaba, lo que estaba en su medio ambiente más cercano, los animales con los que compartía su hábitat y, por supuesto, a sus compañeros de caza y pesca.

Entre las representaciones que se han conservado bien, se pueden distinguir:

 Hombres con lanzas
 Hombres con flechas
 Hombres con los brazos flexionados hacia adentro y arriba, como haciendo esfuerzo en actitud de pescar
 Hombre con arco
 Muchos hombres con los brazos extendidos con curva hacia abajo, como elevándose
 Hombre con carcaj de flechas
 Muchos venados
 Otros animales cornudos, algunos que pueden ser berrendos, y otros, cabras monteses
 Tortugas
 Una ardilla voladora con los miembros extendidos y, entre ellos, la membrana que le permite planear entre un árbol y otro
 Un caracol
 Varios hombres estilizados de figura alargada, algunos con cuernos cortos
 Hombres cazando
 Hay una figura donde un ser humano tiene flexionado un brazo en curva ascendente, y el otro en curva descendente, como si se hubiera representado una danza
 ¡Y los genialmente dibujados “nadadores” del Conchos!
 Hay cholugos (así le llaman en Chihuahua a los coatíes)
 Tejones
 La única ave representada en el mural prehispánico es una garza, alta y soberbia, de perfil, con el pico abierto.
 A pesar de ser una cultura que vivía en el río y que obtenía de él muchos de sus recursos, el tallador no dibujó ningún pez
 Uno de estos dibujos ha de ser seguramente de una nutria, porque los pobladores de San Nicolás de la Joya han tenido avistamientos de estos animales, vivos, cazando peces en el río.

NUTRIAS DE RÍO, AYER Y HOY

Pero ¿nutrias de río en esta porción del Conchos?

Aparte del grabado e la roca, hay testimonios insistentes de la presencia de nutrias en el tramo del río Conchos que atraviesa San Nicolás de la Joya, donde la corriente que baja de la Sierra, forma una herradura, con terrenos sobre los que, en cada temporada de lluvias, el agua deja sedimentos valiosísimos para la agricultura en la parte interior de la curva, y que quedan al descubierto cuando el río retoma su cauce habitual. Pero algo sucede en las hondonadas que se forman en seguida del pueblo. Algo, algún animal misterioso se les escurre a los pescadores por entre las piernas, y les arrastra las redes que usan para sacar las carpas y las truchas en el Alto Río Conchos. Durante muchos años, los nativos han luchado en contra de este animal acuático al que llaman “chan” cuando lo llegan a ver e identificar, porque les arrebata los peces de las redes y los anzuelos. Se trata, casi sin duda alguna, de nutrias de río, parientes cercanos de las nutrias de mar. Ésta es la única referencia a una especie de este tipo en el río Conchos, y se tiene documentado oficialmente un primer avistamiento en 1980. Además, en un documento que dirigieron los pobladores hace 18 años a la bióloga y conservacionista Jacky López, de la organización Biological Diversity, le hicieron saber que hay un pequeño pueblo en Chihuahua llamado San Nicolás de La Joya en la municipalidad de Satevó, “donde hay algunas nutrias, que en el pueblo llaman ‘chanes’, aquí en el río Conchos”.

EL NADADOR O KOKOPELLI

Un arqueólogo del (Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) fue invitado en 2012 por el reportero para hacer una inspección preliminar e iniciar el registro del lugar. El sitio no se conoce, hasta la fecha, sin embargo, en los medios académicos, y sólo los lugareños y contados visitantes han contemplado el arte en estas paredes.

La impresionante colección de figuras grabadas en la piedra en la roca en San Nicolás de la Joya, debe tener unos mil a mil cien años de antigüedad, de acuerdo al arqueólogo Enrique Chacón Soria.

Estos petrograbados, según Chacón, tienen semejanzas con otros lugares similares pertenecientes al Periodo Medio de la Cultura Paquimé. "No estoy diciendo que sea un sitio de dicha cultura, pero hay varios detalles que nos dan pistas de la antigüedad, comparando a éste con otros yacimientos arqueológicos", señaló.

En primer lugar, dijo, está la presencia aquí del personaje de los grabados, que aquí llaman "el nadador", que tiene las piernas flexionadas hacia atrás y los brazos doblados hacia arriba. "Es el kokopelli, un personaje que, muy similar, está presente en La Ferrería, en Durango", ejemplificó Chacón.

En segundo lugar, la abundancia de figuras humanas y de fauna local, es un rasgo significativo de cierta etapa en el arte de los conchos, que es la cultura más probable de ser la responsable de estos grabados en piedra. Es una etapa muy anterior, por lo menos en quinientos años, a la llegada de los europeos a América, y se caracteriza, entre otros detalles, por la ausencia de caballos y de vacas entre la fauna representada.

INTERPRETACIÓN DIVERSA

En El Cajón, Enrique Chacón identificó, de entrada, por lo menos dos grandes escenas en la pared de roca:

En la primera escena se encuentran los "nadadores" o kokopellis, que están en una secuencia. En la segunda, hay una formación de antropomorfos en armonía con la fauna. No hay representraciones de caza, y si bien hay hombres armados, éstos están de frente.

En referencia a los llamados kokopellis, que aparecen en el panel izquierdo del paredón, explicó el arqueólogo Chacón Soria: "Estuve revisando mis datos, y el antropomorfo personaje encorvado es similar al kokopelli que se conoce para las culturas del Suroeste de los Estados Unidos, pero presenta algunas variantes. Por ejemplo, el kokopelli es un personaje tocando flauta (el que está en el sitio El Cajón, no tiene flauta, aunque al parecer lleva otro artefacto en las manos), a veces con joroba (el personaje del sitio El Cajón sí lleva joroba), y a veces con pene erecto (en el caso de El Cajón no lo presenta). El kokopelli aparece en petrograbados, pinturas rupestres y decoración en cerámica, y se le ha datado entre el año 800 a 1600 de nuestra era, para el Suroeste de los Estados Unidos, pero también se le ha encontrado en Durango y el Norte de Jalisco, lo que marca la importancia que debió tener el flautista en tiempo y espacio".

"Ahora bien -continúa el especialista- el nombre proviene de la pronunciación hopi de kookopóló (un danzante kachina) en el idioma hopi, pero no hay una estricta relación entre el kokopelli arqueológico y el kachina etnográfico (de la cultura Hopi), ya que el kachina etnográfico no está asociado con ningún instrumento musical. La única similitud es fonética. Desde mi punto de vista, pienso que "el personaje encorvado" del sitio El Cajón puede ser una variante del kokopelli arqueológico y que posiblemente sea tardío, es decir, cerca del 1600 dC, como resultado de una difusión tardía y por lo tanto con variantes regionales (sin flauta y sin pene). En el caso del sitio en Satevó, es evidente que este personaje domina la escena del primer panel y está acompañado de otros antropomorfos y fauna diversa, pero también es evidente que en el segundo panel está ausente y el lugar central está ocupado por otros antropomorfos-personajes que se elevan o se desprenden de entre la fauna ricamente representada".

Finalmente, el kokopelli (flautista) está relacionado con mitos de origen, la fertilidad, la lluvia, la música, la cacería, el erotismo, etcétera. "En ese sentido -prosiguió el especialista-, creo que debemos investigar más sobre este personaje y realizar mayores reconocimientos arqueológicos en busca de más datos que ayuden a reforzar la idea de que el ‘encorvado’ o ‘nadador’ del sitio El Cajón es una variante regional del kokopelli mítico, o bien, que definitivamente se trata de otro personaje en posición similar".

UN SITIO MAGNÍFICO Y SINGULAR

¿Y los habitantes? Ellos están orgullosos de su pueblo y alrededores. Destacan que en el pueblo de San Nicolás se conjuntan varias circunstancias que hacen de este lugar un punto por demás interesante. Y es que, aparte de la presencia del arte prehispánico y las nutrias de río, aquí se encuentran las ruinas de una de las misiones jesuitas más antiguas de Chihuahua, que por desgracia están a punto de derrumbarse, ante la negligencia de las autoridades.

San Nicolás es una comunidad de gente pobre, lo que contrasta con la tremenda belleza natural del paisaje, que de un lado tiene a la cordillera que adquiere tonos azules en horas de la tarde. Y, entre el río que serpentea por el valle y que forma un meandro al que los lugareños llaman “La Herradura”, sobresalen algunas tierras bajas que la gente utiliza para aprovechar el sedimento que arrastra la corriente y que hace a esta parte tan fértil como cualquier otro valle aluvial en el mundo. Estas tierras son conocidas como “los veranos”.

Más allá, siguiendo la corriente, el valle se estrecha en un cañón que encajona al río en medio de hermosas formaciones rocosas. Hay un pez increíble al que llaman “choaca” y que ha de ser una especie de los pejelagartos, ya que tiene el hocico alargado y escamas de forma rómbica, también como de reptil.

En San Nicolás de la Joya, los pobladores tienen memoria histórica hasta más atrás de la llegada de los conquistadores españoles y se reputan a ellos mismos como descendientes de los indios conchos, que era la etnia más extendida en el territorio de lo que hoy es Chihuahua, ya desaparecida. O casi.