Ciudadelas de la cultura paquimense en Sonora

**Al norte de la frontera Chihuahua-Sonora. **Inconfundible la puerta en forma de "T".


Ciudadelas de la cultura paquimense en Sonora

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2012, 10:24 am

Por Froilán Meza Rivera

Arqueólogos sonorenses descubrieron, a pocos kilómetros de Casas Grandes, pero del otro lado de la frontera estatal, decenas de ciudadelas y de casas en acantilado, cuyas características permitieron catalogarlas como parte de la cultura de la Gran Paquimé.

En los municipios de Bacerac y de Huachinera, de la zona noreste del estado de Sonora, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), descubrió y catalogó 14 sitios identificados como "casas en acantilados", similares en todo a los asentamientos del tipo de las Cuarenta Casas de Madera, Chihuahua. Ahí, la abundancia de cerámica del estilo Casas Grandes pone en evidencia una indudable conexión de esos sitios con la metrópoli paquimense.

Asimismo, en las viviendas, las puertas en su mayoría tienen la característica forma de "T", que es como un sello de autenticidad de la Gran Paquimé y su área de influencia.

Así lo informó el arqueólogo Júpiter Martínez Ramírez, del Centro INAH-Sonora, quien en un reporte de los hallazgos consignó que "con base en la información recuperada pensamos que las casas en acantilado fueron de uso estacional, específicamente en el invierno".

Los "nuevos" sitios arqueológicos se encuentran a unos 40 y 45 kilómetros en línea recta del actual Casas Grandes, sólo que en la vertiente occidental de la Sierra Madre, y la distancia tan corta es la explicación de la tremenda similitud de los asentamientos sonorenses con los del lado de Chihuahua.

Los reducidos espacios de las habitaciones, el escaso material encontrado en la superficie y el poco desgaste de las superficies de ocupación, pueden ser el resultado de una ocupación intermitente y por cortos períodos de tiempo, señaló el arqueólogo, "especialmente cuando el invierno debió ser muy duro y la nieve imposibilitaba caminar al exterior".

El trabajo de exploración en esa región de la Sierra Madre Occidental que colinda con el estado de Chihuahua, ha sido de gran magnitud: "En una analogía, podemos decir que ha sido un proyecto semejante a los recorridos de Bandelier o Lumholtz, pero con una perspectiva únicamente arqueológica", registró Júpiter Martínez. "Actualmente -prosiguió- hemos recorrido 112 ejidos localizando y registrando más de 150 nuevos sitios, además de los ya registrados. Es importante aclarar que, por razones económicas, no ha sido un proyecto continuo en los tres años de trabajo".

En los municipios de Bacerac y Huachinera, el estudio inició en junio de 1999. En los recorridos de los arqueólogos se localizaron nueve casas en acantilado, además de otra clase de sitios arqueológicos, sumando en total catorce casas en acantilado registradas por el proyecto que el INAH realizó en conjunto con el Programa de Certificación de Derechos Agrarios (Procede).

El Instituto Nacional de Antropología e Historia se incorporó a este programa en 1995 para buscar la forma de proteger a los sitios arqueológicos de los posibles riesgos que podía representar su inserción en nuevas propiedades privadas. El INAH entonces inició un programa de reconocimientos de superficie en los ejidos con el fin de marcar zonas con restricción de uso de suelo en los sitios arqueológicos para preservarlos y evitar su destrucción.

LOS DESCUBRIMIENTOS

En Sonora, el INAH se incorporó al Procede a mediados de 1996.

Sin embargo, en ese estado, el programa fue demasiado grande para el instituto, pues mientras trabajaban 20 equipos simultáneamente por parte del INEGI, el INAH sólo contaba con un equipo de trabajo para todo el estado.

Así y todo -relata Júpiter Martínez Ramírez- decidieron iniciar el proyecto, que consiste en un recorrido de superficie aleatorio en toda Sonora. "En una analogía, podemos decir que ha sido un proyecto semejante a los recorridos de Bandelier o Lumholtz, pero con una perspectiva únicamente arqueológica", expresó el estudioso en el reporte del trabajo.

El INAH, de esa manera, pudo recorrer 112 ejidos localizando, y ha registrado desde entonces, 150 nuevos sitios, además de los ya registrados. Es importante aclarar que, por razones económicas, no ha sido un proyecto continuo en los tres años de trabajo.

El arqueólogo describe la zona del estudio: "En la Sierra Madre Occidental se encuentra el parteaguas continental con una altura promedio de 2,000 msm, la caracterizan bosques de encino, encino-pino y pino, con clima templado con lluvias en verano e invierno. En invierno la temperatura apenas es mayor de cero grados, por lo que se presentan nevadas. Nuestra área de estudio se localiza en el ejido Ciénaga de Horcones, la cual comprende varias propiedades privadas, se accede a ella por un terracería que requiere el uso de vehículos doble tracción. El trayecto para llegar a esta zona comienza desde la comunidad de Bacerac, un recorrido que implica tres y hasta siete horas de manejo y otro tanto a pie o en caballo".

EN TODO SEMEJANTES A PAQUIMÉ

En agosto y septiembre de 1997 se inició el primer recorrido en la sierra, precisamente en el ejido Ciénaga de Horcones, en aquel entonces de localizaron 29 sitios arqueológicos, de los cuales cinco fueron casas en acantilado: Rancho las cuevas, cueva El Cajón, cueva El Cajoncito, cueva Barranca de la Yegua; todas ellas localizadas en el arroyo Jaquivérachi. La cueva Los Novillos, fue encontrada en el arroyo Ciénega Baja.

En junio de 1999, fueron localizados once sitios más, de los cuales nueve fueron cuevas con evidencia de casas, dos de ellas a dos kilómetros del río Bavispe: los sitios Peñasco Prieto y Cueva San Quintín, mientras que las otras siete estaban cerca del arroyo Taraises, el afluente del río Bavispe: Cueva Bringas, Las Cuevas, que se compone de cuatro cuevas, y Cueva el Aguajito. En total fueron registradas catorce casas en acantilado en un área de 300 kilómetros cuadrados. Todas las casas presentan muros en pie, la mayoría con evidencias de techos construidos con troncos. Las puertas en su mayoría tienen la característica forma de T. Pocos son los casos en que son ovaladas.

Los cuartos miden en promedio 5 y medio metros cuadrados, no rebasan el metro y medio de altura. La cantidad de cuartos varía: de dos en la Cueva El Cajoncito, hasta veinticuatro en la Cueva Bringas. En promedio existen ocho cuartos en cada cueva.

En la mayoría de las casas se localizó cerámica Casas Grandes, principalmente en la superficie, sobre el talud exterior de la cueva.

Para los estudiosos, una importante fuente de información la constituyen los materiales orgánicos que se encontraron, en su mayoría olotes, además de fragmentos de petates, artefactos de madera, huaraches, etcétera. No cabe la duda de que los antiguos moradores cultivaban maíz y calabaza.

"Con base en la información recuperada pensamos que las casas en acantilado fueron de uso estacional, específicamente en el invierno, pues los reducidos espacios de las habitaciones, el escaso material encontrado en la superficie y el poco desgaste de las superficies de ocupación, pueden ser el resultado de una ocupación intermitente y por cortos períodos de tiempo, especialmente cuando el invierno debió ser muy duro y la nieve imposibilitaba caminar al exterior. Las casas en acantilado debieron haber representado la opción segura para sobrevivir durante estas temporadas, mucho mejor que las casas de Bajareque, que debieron de existir en los sitios abiertos", describe e interpreta Martínez Ramírez.

El 60 por ciento de los sitios presenta un solo nivel y sin terrazas asociadas, lo cual indica, para los arqueólogos, que sus dimensiones son pequeñas. "Comparando con las 21 aldeas de la cultura Casas Grandes, localizadas en el mismo espacio, tenemos que las dimensiones promedio de las casas en acantilado fueron 200 metros cuadrados, mientras que las aldeas tuvieron un tamaño promedio de 4 mil 833 metros cuadrados. Es evidente, por lo tanto, que las aldeas y las casas en acantilado fueron contemporáneas, siendo los segundos lugares de almacenamiento y refugio temporal. Cabe señalar que ésta es una hipótesis en proceso de análisis todavía", dijo el explorador.