Cómo decirle a Reyes Baeza que no lo quieren de candidato

Por: Alejandro Salmón Aguilera (ahoramismo.com.mx)


Cómo decirle a Reyes Baeza que no lo quieren de candidato

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2011, 20:01 pm

El ex gobernador José Reyes Baeza Terrazas conoce el sistema político priísta como pocos, o debería de conocerlo. Después de tantos años en las lides tricolores, de haberle servido a dos gobernadores, particularmente impositivos e intolerantes con la disidencia interna; luego de ser alcalde de Chihuahua y tener encima a Patricio Martínez; de ser diputado federal y tener qué pedir permiso para ser candidato, debería saber que el estilo priísta es semi-feudal, él mismo lo ejerció así.

Entonces, ¿cómo hacerle entender que, en la lógica priísta, no puede regresar dos años después a hacer campaña por todo el estado?
Cómo decirle que no puede ser candidato a senador, no ahora, por lo menos. Cómo decirle que hace menos de dos años que entregó las llaves del Palacio de Gobierno y que quien está ahora en la que fue su oficina, seguramente, se sentirá más que incómodo de ver su cara colgada de cuanto poste haya en la entidad.

No es normal, no en la lógica del poder priísta, y eso debería saberlo él, mejor que nadie. Debería saberlo o, ¿acaso permitió que Patricio Martínez fuera candidato a algo? Ni pensarlo.

También debería saber que, de llegar al senado, tomaría el lugar de Fernando Baeza, otro ex gobernador, que además es su tío. Esto sonaría a relevo de sangre, a una especie de “casa real” muy petatiux.
La dinámica del poder dentro del PRI es distinta que en cualquier otra institución política. Acaso por eso les ha funcionado, o por eso les copian sus fórmulas autoritarias y semi-feudales.

En el PAN se puede perder por una diferencia abrumadora; dejar a medio mundo entre enojado y furioso y regresar un año después a influir en la elección del presidente del Comité Directivo Estatal del partido y ¿por qué no? a buscar la senaduría, y de mayoría.

En el PRI no: ahí hay tiempos, formas y rituales, la “liturgia del partido” de la que hablaba Artemio Iglesias. Hay “jefe político”, como les gusta a los priísta llamarle al gobernador, hasta cuando no es de su partido.
No nos espantemos, en otras democracias que creemos más avanzadas, el gobernador tiene derecho, incluso, a nombrar a un senador. El gobernador de Illinois nombró al relevo del senador Barak Obama, quien dejó la curul para irse de presidente de los Estados Unidos de América.

Entonces ¿Cómo hacerle para que entienda que, por muy amigo de Humberto Moreira, se verá mal si regresa el año próximo de senador? ¿Necesita más mensajes para saber que otro ex gobernador es el favorito del actual gobernador?

Tal vez diciéndole que entregó el estado en la peor época de su historia reciente, aun cuando la culpa sea sólo parcialmente suya. Acaso, si se le dice una frase como “recibí al estado en las peores condiciones de su historia” podría entenderlo. ¿Le habrá llegado el mensaje?