Descarado y monumental saqueo de la fundidora de Ávalos

**Todas las piezas y partes de Ávalos que eran emblemáticas e indispensables para el museo de sitio que desde hace años prepara el gobierno del estado, todo ello ya no existe.


Descarado y monumental saqueo de la fundidora de Ávalos

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2011, 22:11 pm

Texto y fotos: Froilán Meza Rivera

Chihuahua, Chih.- A la planta de la extinta fundidora de Ávalos, le falta sólo un empujoncito para caerse a pedazos. Residentes de esta colonia, antiguos obreros metalúrgicos, están denunciando que toneladas de torres, carbón y metal, vías férreas, equipo, maquinaria y hasta galerones completos, han sido vendidos por kilo.

La planta está siendo víctima del saqueo más brutal, perpetrado por personas que han tenido a su cargo la seguridad y la integridad de las instalaciones.

Esteban Salcido, quien trabajó en Ávalos hasta su cierre en 1993, tiene información muy detallada de cómo se fue presentando el fenómeno del saqueo, que él y sus vecinos califican como “monstruoso”, pero también como “increíble”. “Es increíble –se quejan- que las autoridades hayan ignorado todo lo que estuvo sucediendo”. Y es que a ellos, como obreros de la vieja planta, les duele lo que han presenciado “porque, como quiera que sea, uno le guarda cariño a un trabajo tan bueno como el que teníamos”.

¿En qué consiste el saqueo, y de qué tamaño es?

Hace entre cuatro y cinco años, los saqueadores sacaron tramos de vía férrea, prácticamente de toda la planta, que se puede calcular en 800 metros lineales, desde la Estación Morse hasta la Planta de Zinc, donde está el tronerón. Además, de acuerdo al detalle que dan estos hombres que prácticamente vivían ahí, otros tramos de ferrovía que ya faltan, estaban donde estaba la báscula (donde pesaban las góndolas cargadas de metal).

Desmantelaron los ladrones un “chalán”, que es un carro de carga en vía que era jalado por un malacate, y que surtía los hornos de carbón y metal.

Faltan asimismo, dos “bogues” (son máquinas como los trascavos), que con todo y sus palas mecánicas, fueron llevados a vender por kilo. Los testigos vieron cómo los “bogues” fueron llevados primero a unos terrenos de Villa Juárez, a un lado de donde está la secundaria, por la calle Quince, y que ahí duraron varias semanas hasta que los ladrones han de haber conseguido un comprador. El contratista que era el encargado de cuidar la planta entonces, en 2005, es un individuo de nombre Javier Muñoz, a quien el gobierno del estado comisionó para cuidar la fundidora. Nada más este robo de los “bogues”, lo calcularon los ex obreros en 600 mil pesos, porque en el paquete se incluyó el cableado de cobre, del que se completaron rollos enormes completos.

De acuerdo con los denunciantes, todas las piezas y partes de Ávalos que eran emblemáticos e indispensables para el museo de sitio que desde hace años ha estado preparando el gobierno del estado, todo ello ya no existe. Un tal Rodríguez, que laboraba en la vigilancia y supervisión por parte del gobierno, ya se fue de la ciudad, porque huyó para que no se le hiciera responsable del saqueo.

En el local del sindicato, este tal Rodríguez trató de llevarse las viguetas para venderlas por kilo, pero ¡oh, sorpresa! Resultó que no eran de hierro, sino de madera… Sin embargo, había acá muchos motores del “sínter” o planta sinterizadora, que era a donde llegaba el metal al molino para el “cocido” o “precocido”, que es un proceso en el que se ablandaba al metal con la aplicación de calor antes de que llegara al horno. Pues esos motores ya no están, y los ex obreros sí saben quién se los llevó.

“Es que todo era público, porque ¿cómo iban a poder ocultar el saqueo, si aquí vivimos muchos de los que conocimos a la perfección todo lo que había adentro de la planta?”, expresó Esteban Salcido con verdadera indignación. Por ejemplo, relata: “Iba yo un día y a Rodríguez se la cayó de su camioneta un pedazo de cable de cobre, unos 10 metros de cable de calibre 8”.

Se echan de menos las viguetas de donde era la llamada “casa de muestras”. Faltan varias grúas, que son gigantescos electroimanes hechos de fierro dulce. Había muchas piezas que estaban marcadas con una letra “M”, que estaban destinadas para el museo, y que ya no están ahí.

Llegó un momento, hace cinco años, en que vino personal del gobierno y trató de parar el saqueo. Una vez que se formó el Fideicomiso Ávalos, ya no se volvió a saber que se llevaran cosas grandes como las que habían estado desapareciendo.

“Pero ya se habían robado todo”, lamentan los denunciantes.

Entre las piezas y secciones completas más importantes, se sabe que ya no están los hornos. Los ex empleados echan de menos la “plomera” vieja, que era una vasija gigante que salía del horno y que llevaba el metal a los moldes. En el horno principal, donde está la tronera “nueva”, salían moldes de ocho toneladas, y de ese tamaño era la “plomera”.

Falta la grúa de recuperación, que es una pérdida reciente y que tenía una capacidad para cargar 25 toneladas.

El almacén está desvalijado, y se echan de menos las estructuras metálicas, que eran gigantescas. “¿Por qué no se llevaron la casa de sacos “sínter” y la casa de sacos horno? ¿Por qué? Pues porque son ladrillos sin valor en el mercado”.

Y las láminas del complejo se están cayendo también, además de que desde ahora, el tronerón (la tronera grande) es un peligro para la aviación, porque no tiene luces preventivas para las aeronaves.