El Kínder Rayénari, ejemplar conquista de la lucha organizada

**El jardín de niños tiene ya terreno propio y se le están construyendo aulas definitivas, gracias a que los colonos incluyeron esta necesidad dentro del pliego petitorio del Movimiento Antorchista ante el estado.


El Kínder Rayénari, ejemplar conquista de la lucha organizada

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2013, 16:53 pm

Chihuahua, Chih.- Largos años de estar aguantando incomodidades, fríos congelantes y calores de asfixia, terminaron por fin para los pequeñines de preescolar y sus profesoras. Al kínder “Rayénari”, situado en la colonia Granjas la Soledad, y que hasta ahora ha funcionado en aulas móviles en el interior de la primaria “Ramón López Pérez”, se le están construyendo, por parte del gobierno del estado, sus instalaciones definitivas en un terreno propio.

De hecho, sólo faltan detalles para que la obra quede completa y entregada: el mobiliario, parte de la herrería, algunos acabados…

El kínder con instalaciones propias es un logro de padres de familia, pero también de manera muy especial, de los colonos organizados, gracias a que incluyeron estas necesidades dentro del pliego petitorio del Movimiento Antorchista ante el estado.

Cuando el Movimiento Antorchista Nacional empezó su trabajo en esta colonia, en común acuerdo con sus habitantes, se llegó a la decisión de que se lucharía en primer lugar por espacios educativos. Es así que en 2006, los colonos consiguieron dos claves con la Secretaria de Educación y Cultura del gobierno estatal -que en ese momento encabezaba José Reyes Baeza-: una clave para la primaria y una para el kínder, y en ese mismo año se consiguió el terreno para la primaria donde se construyeron varias aulas.

Sin embargo, el jardín de niños tuvo que impartir clases en dos salones móviles, sin aire acondicionado, agua, drenaje o calefacción, a pesar de que el clima en esta entidad es extremoso.

LUCHA DE LOS COLONOS ES LA CLAVE

El jardín de niños fue fundada hace 7 años en el esquema de Conafe (Consejo Nacional de Fomento Educativo), cuando las profesoras Julia Cruz Palma y Elizabeth Salmerón, quienes eran moradoras de la Casa del Estudiante “Antonio Sosa Perdomo”, obtuvieron una beca a cambio de impartir clases. La iniciativa fue de los colonos de La Soledad, organizados en Antorcha, quienes proporcionaron una vivienda al principio como local provisional. La lucha de Antorcha y padres de familia permitió que a los dos años se obtuviera la clave oficial para este plantel, como un preescolar indígena.

En el transcurso de este tiempo, las profesoras, que son originarias de San Rafael, municipio de Urique, terminaron la carrera en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).
El trabajo escolar se realiza en dos “trailas” en calidad de aulas provisionales, dentro del terreno de la primaria. Se dio la pelea también ante el gobierno del estado, y se consiguió plaza para la maestra Elizabeth. Se logró asimismo una plaza interina para la maestra Julia Cruz.

En noviembre de 2012, por fin, y luego de que la operación se aplazara por diferentes motivos, el gobierno del estado realizó la compra de un predio suficientemente grande, en seguida de la primaria, para el Rayénari, en 400 mil pesos.

NUEVO MODELO: BAÑOS INTEGRADOS A CADA AULA

Al quedar terminado el plantel, se contará (se cuenta ya, de hecho) con cuatro aulas, una de las cuales se utilizará como dirección. Es de destacar que aquí se aplicó un nuevo modelo de construcción de escuelas, en el que cada aula tiene su baño integrado, para mayor comodidad de los niños. El plantel tiene cercado perimetral de malla ciclónica, rodapié -que es una protección de concreto y refuerzo de la cerca-, bebederos, fosa séptica e instalación eléctrica.

Antonio Escamilla Meza, dirigente del Movimiento Antorchista, resumió así la hazaña del kínder Rayénari: “Se dice fácil, pero fueron siete largos años de una lucha sin cuartel, en dos diferentes administraciones estatales, y la demanda de terreno y de aulas para este kínder se enarboló de manera permanente, empezando con la solicitud formal, luego con gestiones administrativas, múltiples negociaciones con los diferentes funcionarios, con por lo menos dos secretarios de Educación, y fueron necesarias muchas comisiones negociadoras, reuniones, mesas de trabajo, incluyendo también varias movilizaciones, mítines y hasta una manifestación de protesta en las calles de la ciudad. Una lucha larga y tortuosa, muy difícil, pero cuyo resultado final nos llena de satisfacciones a todos, sobre todo a los padres y a los colonos, quienes en el camino hicieron acopio de grandes enseñanzas”.

Todos acá esperan con ansias el momento de la inauguración, para la cual planean –como se dice- “echar la casa por la ventana”. No es para menos.