El capital político de Marco, atropellado

Por: Alejandro Salmón Aguilera


El capital político de Marco, atropellado

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2013, 22:36 pm

N. de R.- Esta columna desea solidarizarse con todas las familias que perdieron a alguno de sus seres queridos, y con las personas lesionadas cuya vida ya no será la misma después de haber sido arrolladas por el camión tipo “Troca Monstruo”.

Deseamos, además, congratularnos por la muestra de solidaridad que exhibieron los cientos de habitantes de esta ciudad, quienes se levantaron temprano el domingo para formarse en una larga fila, con el único objeto de donar un poco de su sangre para los damnificados. A reserva de escuchar partes informativos de los médicos, es probable que algunas de esas unidades de sangre hayan sido la diferencia entre la vida y la muerte para los heridos más graves.

No cabe duda: la vida entera cambia en cuestión de minutos; la vida entera, incluidas las carreras políticas y los futurismos electorales.

Durante los días hábiles de la semana pasada, el alcalde Marco Adán Quezada Martínez era uno muy distinto al que podemos ver este lunes.

El hombre parecía disfrutar del éxito alcanzado con la exitosa feria cultural “Ruta 101” que convocó a más de 30 mil chihuahuenses y dejó hundido en el desaire al Festival Internacional Chihuahua que organiza el Gobierno del Estado, ya no tiene la misma sonrisa.

Durante la semana, Quezada Martínez era un político que se daba el gusto de salir al balcón de la Presidencia Municipal en pleno medio día y saludar desde ahí a los paseantes que ahora pueden caminar tranquilamente por lo que fue la Avenida Independencia.

Cuando faltaban menos de quince días para entregar el cargo, el edil de Chihuahua lucía un talante de graduado, sonriente, saludador, como quien está a punto de terminar una carrera e iniciar un postgrado en el extranjero. Vaya, hasta se daba el lujo de salir a bolear sus zapatos a media mañana y de quedarse en la plaza a ver a los niños juguetear en los chorros de agua recién instalados frente a Catedral.

El escenario no podía ser más propicio para el futurismo político. Es difícil saber cuántos litros de café y cuantas horas-silla se gastaron en pronosticar el futuro político-electoral del hombre que estaba a punto de quedar como “agente libre”. Que si sería candidato a diputado federal; que si iría a un cargo en el gabinete del gobernador, que si su compadre Reyes Baeza lo iba a “jalar” a la administración federal.

Sin embargo, a estas horas, el capital político del alcalde Marco Adán Quezada es uno muy distinto al que tenía ocho días antes; ese capital quedó magullado, debajo de las ruedas de una “Troca Monstruo” conducida en todas sus etapas con una negligencia supina.

La organización, o mejor dicho, la desorganización de Aeroshow tenía operadores pero era una actividad que formaba parte de la agenda de la Presidencia Municipal. La supervisión de las medidas de seguridad y la seriedad de la empresa organizadora eran competencia del gobierno aún a cargo de Marco Adán Quezada. Todo eso falló, y de la peor manera.

A estas hora, todo el futurismo político que se había hecho hasta el mediodía del sábado quedó en el archivero, si no es que en el bote de papel reciclable. Así es la vida y así es la política: el destino cambia en cuestión de minutos y, de un momento a otro, el que era papa sale cardenal, si no es que cura de pueblo.