Inició el recorte con los empleados más indefensos

**En fin, que el hilo se revienta por lo más delgado y esa parte flaca de la cuerda presupuestal son esos empleados a los que nadie va a defender.


Inició el recorte con los empleados más indefensos

La Crónica de Chihuahua
Enero de 2014, 19:55 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera

Aquella célebre frase que rezaba “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error” ha sufrido una transformación en el inicio de este 2014, al menos en el estado de Chihuahua. Ahora, los trabajadores del sector público pueden decir: “vivir en el presupuesto es vivir en el horror”.

Una especie de pánico mezclado con depresión y un poco de paranoia cundió en las oficinas de las diversas instancias gubernamentales desde el regreso a las labores normales el pasado lunes 6 de enero, cuando también inició el recorte masivo de empleados estatales.

Desde los primeros días del año, las diversas dependencias y organismos descentralizados del Gobierno del Estado comenzaron con un proceso de reducción de la nómina que, según anuncios oficiales, busca hacer un recorte de mil 500 plazas de trabajo sólo en este año. Sería una reducción de más del 10 por ciento de la plantilla total de trabajadores operativos del Gobierno del Estado.

La reducción del gasto operativo del Gobierno no sólo ha sido bien recibido, sino que era una demanda social que tenía varios años de añejamiento y que sólo se aplicaba cuando el gobernante en turno quería deshacerse de empleados incómodos o de resabios de anteriores administraciones.

Este año, en cambio, la han emprendido contra empleados operativos, esos que tenían un ámbito de acción muy reducido, reservado acaso a una pequeña oficina donde trataban con un número limitado de personas. Son personas que llevaban mucho tiempo trabajando sin más contacto laboral que el de su reducido ámbito de atribuciones. Es decir, son personas a las que tienen tan pocos contactos externos que les resultará más difícil conseguir un empleo en el corto plazo.

Lo que llama la atención es que no se han sabido de recortes en la mediana y alta burocracia. Por el contrario: en los rangos de medio y alto mando no sólo se mantuvo la plantilla, sino que se dejaron ir oportunidades de cancelación de plazas tras la renuncia de quienes estaban de titulares. Tampoco se ha emprendido la “carecería” de trabajadores de la educación—tan anunciada a finales del año pasado—que cobraban su sueldo de maestros y además el del cargo público que ostentaban. Se ha llegado a calcular que son más de mil 600 los trabajadores del sector educativo que están en esas condiciones.

En fin, que el hilo se revienta por lo más delgado y esa parte flaca de la cuerda presupuestal son esos empleados a los que nadie va a defender; cuyo trabajo le será repartido a los “afortunados” que se queden en la nómina, y que no tienen manera de reclamar una justa valoración de los puestos y los desempeños. Vistas así las cosas, todos los empleados operativos pueden decir que viven “en el horror”.