Jornaleros en el desamparo

**El campesino está en el abandono; el campo es un desastre.


Jornaleros en el desamparo

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2012, 09:09 am

Veracruz.- El artículo 123 constitucional referente al Trabajo y Previsión Social establece: “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo conforme a la ley”.

Sin embargo, en el apartado relativo al trabajo digno, la situación de los campesinos en México y particularmente en Veracruz no es digno, al contrario, tal parece que existe una esclavitud hacia ellos con jornadas de más de 12 horas, de sol a sol; por lo que contraviene a lo estipulado en este artículo en su fracción I correspondiente a los empleados y jornaleros: “La duración de la jornada máxima será de ocho horas”.

Es importante mencionar que la mayoría de los campesinos laboran los siete días de la semana, el receso de descanso y comida es, si bien les va, de dos veces al día y perciben un “salario mínimo”, sin decir que en muchas ocasiones van acompañados de su familia con el fin de poder recaudar más dinero para sobrevivir; con ello se violenta lo también establecido en este artículo en su fracción IV que establece: “Por cada seis días de trabajo deberá disfrutar el operario de un día de descanso, cuando menos”, de igual forma el salario mínimo que se establece por ubicación geográfica es demasiado bajo, pues no alcanza para cubrir las necesidades básicas, y cuyo gasto familiar en Veracruz seria alrededor de 60 pesos diarios.

En la fracción XII de este artículo se establece: “Toda empresa agrícola, industrial, minera o de cualquier otra clase de trabajo estará obligada, según lo determinen las leyes reglamentarias, a proporcionar a los trabajadores habitaciones cómodas e higiénicas. Esta obligación se cumplirá mediante las aportaciones que las empresas hagan a un fondo nacional de la vivienda a fin de constituir depósitos en favor de sus trabajadores y establecer un sistema de financiamiento que permita otorgar a estos crédito barato y suficiente para que adquieran en propiedad tales habitaciones”.

Pero la realidad, es otra para los campesinos esto a que carecen de créditos de vivienda o subsidios por parte del Gobierno Federal que les permita obtener un hogar.

El campesino en el olvido; el campo, un desastre

Refiriéndonos a esta problemática social, el dirigente de la organización de Antorcha Campesina en el sur del Estado, Pergentino Cortés Girón, reconoció que el campo veracruzano es un desastre ya que no existen elementos que permitan decir que el campo está en recuperación.

Por lo que lamentó las condiciones sociales que rodean la vida de los campesinos que no tienen realmente seguridad social ni medicamentos, “están abandonados a su suerte, no hay doctores ni mucho menos medicamentos, nos llama la atención que se anuncie que el Seguro Popular está funcionando pero no es verdad es pura demagogia, el pueblo está indefenso en la seguridad social”.

Reconoció que los campesinos no tienen acceso a vivienda aún con el programa de vivienda rural, por lo que la mayor parte de los campesinos tienen casas de materiales endebles, “no hay una política en el Estado que atienda el gran rezago que hay en el mejoramiento de vivienda, lo más que hace el gobierno es el piso, ni hablar de paredes y mucho menos de techos”.

Por otra parte, el presidente de la organización Conciencia Ciudadana, José Luis Amaya Huerta, lamentó que la agenda nacional se ha destacado por algo muy claro, que es la ausencia de propuestas referentes al campo.

“Tenemos un campo en el olvido, que es afectado por los cambios climáticos y vemos a los jornaleros y campesinos que son los más desprotegidos y los más vulnerables, el campesino está desprotegido en todos los sentidos, se le ha impedido tener un derecho plasmado en la constitución”.

La salud no es “segura”, ni es “popular”

De igual forma, afirmó que el Seguro Popular implementado por el presidente Felipe Calderón no cumple ni satisface las necesidades de salud de los campesinos, porque no es “seguro” y ni es “popular”.

Asimismo, el dirigente social explicó que los recursos son transferidos a los intermediarios y lucran con este beneficio que los campesinos tienen, puso como ejemplo el municipio de Emiliano Zapata, que en característica, el 85 por ciento de su población es campesina pero carecen totalmente de los apoyos y subsidios para el campo, no hay apoyos en fertilizantes ni en maquinaria, “el jornalero se la tiene que rifar por sí solo”.

Secuelas del abandono rural

Mientras tanto el director de la Facultad de Economía de la Universidad Veracruzana, Arturo Bocardo Valle, recordó que la influencia agrícola representó en la historia la fuerza que sostenía a México, pues proveía al desarrollo industrial, pero al cobrar la industria una mayor importancia, la infraestructura comenzó a crecer, había mayores apoyos para inversión en las ciudades, lo que provocó que hubiera un olvido a esta parte fundamental en el proceso de transformación del país.

“La atención se encuentra más centrada en la parte que visualiza la mayor parte de la población, o sea lo que ocurre en las ciudades, pero muy poco volteamos al campo lo que hace que ignoremos parte de las injusticias y que nos sumemos al olvido, quiero decir olvido y no ignorancia, se sabe que existen, pero no les hacemos caso”.

En este sentido, el también Doctor en Economía Agrícola por la Universidad de Florida, señaló la necesidad de reclamar algo que está plasmado en la ley, pues reconoció que hay apoyos de los órganos de asistencia social que pueden proveer estas condiciones, “hay que volver la mirada hacia una necesidad y algo que es una ley, algo que se tiene que cumplir, así como exigimos el cumplimiento de una serie de acciones establecidas, aquí también hay que exigirlos”.

Bocardo Valle reiteró la importancia de cambiar la percepción que se tiene de los jornaleros, “parece una mirada segmentada, es decir no hay una estrategia para destacar la importancia que tienen en la contribución del Producto Interno Bruto, no se rescata la dignidad humana de los trabajadores, mientras esto no permee en la sociedad, seguirán siendo olvidados”.

Y añadió; “se necesita destacar la parte académica, investigación y los instrumentos que tiene el gobierno para incentivar este tipo de desarrollo, es necesario que se estudie y se informe de la participación que tienen en nuestro desempeño económico. Las condiciones que están garantizadas para ellos es únicamente para reproducir esa contribución que tienen, pero si el Estado falla en lo elemental que es proveer estas condiciones de vida, salud, vivienda y educación, no se podría traducir en aspectos positivos en la vida económica y social del país.

En el 2008 se realizó la última Encuesta Nacional de los Hogares Rurales de México, y particularmente en Veracruz, se acude a las comunidades para captar información de qué están haciendo, en qué laboran, y en el proceso de la información se arrojó que la necesidad de atender el fenómeno que está sucediendo es sumamente urgente.

Dijo que en las últimas décadas han existido paliativos para evitar esta situación como el programa Oportunidades, pues ha contribuido al arraigo de los niños a que terminen sus niveles de estudios básicos y en ocasiones ayuda económicamente a las familias para su sustento diario; sin embargo reconoció que existen niveles de pobreza y desarrollo muy bajo, “pero estos programas solamente atenúan la gravedad, pues no generan desarrollo”.

El experimentado economista comentó que en la actualidad no hay indicaciones de levantamientos armados, y que lo más preocupante sería esperar que haya indicios para hacer algo, “si esperamos que esto ocurra para poder actuar sería muy grave, pues solamente se resolvería dando más dinero y esto no debe ser, se debe hacer algo urgentemente para generar las estrategias adecuadas para involucrarlos a los jornaleros y campesinos en el desarrollo del país”.

La esperanza radica en la democracia

Mientras tanto, Pergentino Cortés Girón descalificó el embate que los campesinos han sufrido por décadas, pues afirmó que aún tienen la esperanza de tener una transición social por la vía pacífica, como lo es la democracia a través del voto.

Sin embargo, dejó en claro que es la última oportunidad, “el pueblo no va esperar más, si no hay un viraje para el bienestar del pueblo la gente se manifestará más radicalmente y esa situación a nadie le conviene”.

Por último José Luis Amaya Huerta lamentó que al Gobierno le gusta comprar el poder a través de organizaciones, sindicatos y grupos que representen a los campesinos. “Encontramos a una CNC totalmente viciada con liderazgos nefastos que nada han hecho por el campo y esto repercute en los campesinos. Veracruz siendo un estado con gran riqueza agropecuaria, es uno de los estados con mayor índice de pobreza campesina”.