La esperanza de los antorchistas

Por Antonio Escamilla Meza


La esperanza de los antorchistas

La Crónica de Chihuahua
Enero de 2014, 20:53 pm

De conformidad con las leyes y reglamentos que rigen en el país, el estado y los municipios, el Movimiento Antorchista entregó sendos pliegos petitorios que recogen las necesidades más elementales, expuestas en asambleas populares y captadas en el trabajo diario del activismo antorchista, de comunidades rurales y colonias marginadas, tales como: electrificaciones, alumbrados públicos, aguas potables, drenajes, pavimentaciones de calles, mejoramiento de la vivienda, parques, puentes peatonales o vehiculares, etc., durante los primeros meses de las actuales administraciones municipales, en los municipios de Chihuahua, encabezado por el ingeniero Javier Garfio Pacheco, Bocoyna que preside el señor Ernesto Estrada González, Delicias a cuyo frente se encuentra el contador Jaime Beltrán del Río, Jiménez representado por el doctor José Pilar Flores Martínez, Cuauhtémoc administrado por el licenciado Heliodoro Juárez Gonzales, Aquiles Serdán dirigido por el ciudadano Jorge Adán Pérez Pérez y Juárez gobernado por el licenciado Enrique Serrano Escobar,

La entrega de dichos pliegos petitorios se justifica plenamente porque las necesidades ahí expuestas son reales, las padecen ciudadanos chihuahuenses antorchistas y no antorchistas, y de no atenderse, en los hechos se estaría negando el derecho a una vida digna para miles de familias empobrecidas.

Además, no hace mucho que pasaron las campañas políticas, y los que ahora son autoridades, apenas hace unos meses eran candidatos que prometieron ejercer sus gobiernos, en caso de que el voto los favoreciera, con la participación de todos los sectores de la sociedad, incluso con los grupos organizados; y prometieron atender y resolver los problemas, sobre todo, de los más desprotegidos y pobres de la sociedad.

También entregamos los pliegos petitorios porque en su momento, todos los Ayuntamientos convocaron a la ciudadanía en general a participar en la realización del Plan de Desarrollo Municipal 2013-2016; en el caso de Chihuahua, por ejemplo, según reza la convocatoria respectiva, se convoca entre otros sectores, a asociaciones civiles, representantes comunitarios, a los organismos no gubernamentales, y al público en general para participar en la planeación integral del desarrollo del municipio de Chihuahua, y a la letra dice: “…la vida democrática del municipio de Chihuahua no puede ser concebida sin la participación de todos los actores involucrados, desde quienes tienen la responsabilidad de implementar las políticas públicas, hasta aquellos ciudadanos que habitan en zonas y comunidades donde habrán de impactar las acciones y decisiones del gobierno municipal, sabido es que una mayor participación ciudadana fortalecerá la correcta, honesta y eficiente aplicación de los recursos públicos y consolidará un efectivo sistema de transparencia y rendición de cuentas, permitiéndonos una mejor identificación de las necesidades apremiantes que la ciudadanía percibe, así como aquellas que requieren una atención de carácter prioritario e inmediato.”

Nuestros pliegos petitorios fueron entregados a tiempo, al principio de la administración municipal, para ser tomados en cuenta en los planes de desarrollo municipal, respetando los tiempos y las normas establecidas.

Sabemos que los recursos que administra un Ayuntamiento, no son ilimitados, entendemos que el paternalismo oficial y el asistencialismo unilaterales, no resuelven la pobreza ni la marginación, que hay otros sectores de la población que no se hayan dentro de los polígonos de pobreza que también reclaman obras y servicios de las presidencias, que no todo se invierte en el combate a la pobreza; pero también sabemos que si las autoridades de los tres niveles del gobierno, no orientan los recursos públicos fundamentalmente a los sectores más empobrecidos; que si no emplean todo su esfuerzo en invertir recursos para que la brecha entre los que tienen mucho, pero muchísimo, y los que tienen muy poco o prácticamente nada, sea menos amplia y profunda; que si no escuchan los lamentos del arrabal; que si no oyen las quejas de miles de ciudadanos humildes con el pretexto de que los encabeza una organización supuestamente ajena al proyecto político del grupo en el poder en turno; si las autoridades no hacen eso, las consecuencias serán catastróficas para toda la sociedad, tarde que temprano.

Pero los antorchistas tenemos fe en que los actuales Ayuntamientos tomarán en cuenta nuestra propuesta, porque no hay razón válida ni inteligente para que se nos ignore; creemos que todos los Ayuntamientos y los presidentes que los encabezan tienen la suficiente capacidad, el suficiente conocimiento de la realidad que les mostramos y la suficiente sensibilidad en lo humano y en lo político como para atender, en la medida de lo posible y desprejuiciadamente, los multimencionados pliegos petitorios. Esperamos que los actuales presidentes municipales, no hayan olvidado sus compromisos de campaña y que sean garantes del ejercicio de los derechos a una vivienda digna, de petición y asociación que están consagrados en los artículos cuarto, octavo y noveno, respectivamente, de la Ley que nos rige a todos los mexicanos. Tenemos la esperanza de que no se hayan transformado, ya con el poder en las manos, en funcionarios insensibles, soberbios, prepotentes, sin tiempo para atender a ciudadanos o agrupaciones legalmente constituidas ni atender sus necesidades.

Los tiempos que corren, son tiempos en que los gobernantes deben contribuir al desarrollo armónico y en paz de los sectores más empobrecidos, pues lo contrario abona en favor de la inestabilidad política y social que nadie desea por sus terribles consecuencias; ahora, como en los tiempos de Nicolás Maquiavelo, nuestros gobernantes deberían concluir “…que un príncipe, cuando es apreciado por el pueblo, debe cuidarse muy poco de las conspiraciones; pero debe temer todo y a todos cuando es aborrecido por el pueblo y lo tiene por enemigo. Los Estados bien organizados y los príncipes sabios siempre han procurado no exasperar a los nobles y, a la vez, tener satisfecho y contento al pueblo”.