La leyenda del Cristo Sangrante de Cusihuiriachi

**Es el nazareno que llegó solo, toda una leyenda en Cusihuiriachi. Se quedó donde quiso y no donde le asignaron.


La leyenda del Cristo Sangrante de Cusihuiriachi

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2011, 10:42 am

Por Froilán Meza Rivera

Cusihuiriachi, Chihuahua.- La leyenda es antigua y arraigada en Cusi: la del Nazareno que llegó sin ser pedido. Todos manejan aquí detalles de esta historia que ha pasado de boca en boca desde hace ya más de doscientos cincuenta años.

El Cristo Sangrante es una figura representativa de Cusihuiriachi. Dicen que a mediados del siglo Dieciocho, en plena bonanza de este antiguo mineral que llegó a ser una próspera población de alrededor de 25 mil habitantes, llegó una mulita con una carga misteriosa.

Cuentan que a partir de que se descubrieron las minas más importantes y de que se fundara el Real de Minas, éste creció con el denuncio de muchas minas, entre éstas la Santa Marina, que cobró gran relevancia cuando frente a ella se levantó un santuario dedicado a la Virgen de Guadalupe.

A uno de los mesones que alojaban a los numerosos viajeros que llegaban a Cusihuiriachi, llegó un día un hombre con una mulita cargada. Llegó él y se le dio un cuarto, pero casi de inmediato salió a la calle y, como en muchas horas no se le viera regresar, el encargado del mesón decidió descargar la mula y le dio agua al pobre animal… Pero como pasaran los días y el viajero no se mostraba ni regresaba al alojamiento, los vecinos se reunieron en el mesón y decidieron abrir la caja de madera que era la carga misteriosa.

La sorpresa de todos fue grande, cuando vieron que se trataba de la figura de un Cristo esculpida en madera, y que era un Cristo sangrante, doliente en el Viacrucis.

Llevaron los lugareños la estatua al recientemente inaugurado Santuario de Guadalupe, pero la figura los volvió a sorprender porque aunque la llevaron durante varias ocasiones al interior, invariablemente amanecía afuera del templo.

“Parece que el Cristo no quiere estar aquí”, concluyeron los azorados vecinos, y llevaron entonces la figura el templo más viejo de la población, que estaba y está consagrado a Santa Rosa de Lima. Y de ahí no se movió.

Dice la gente que se trata de un Cristo muy milagroso que a lo largo de más de 250 años ha concedido numerosas mercedes a los fieles que llegan a pedirle.

No falta acá quien asegure también que la estatua se mueve, y hasta han dicho que la sangre que tiene no es pintada, y que en ciertas ocasiones se vuelve líquida y aun chorrea al piso. Hay una versión un poco diferente, que dice que la mulita llegó sola, pero en esencia, la tradición oral en Cusihuiriachi tiene a este Cristo sangrante como la leyenda principal de esta localidad.