La libertad del arte en Tecomatlán

* “Siento libertad, me siento bien al tocar una pieza, me gusta estar aquí en la Casa de la Cultura, ya que nos ayudan bastante a sacar nuestras habilidades”.


La libertad del arte en Tecomatlán

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2020, 07:19 am

Por Karen Santos

Al entrar a Tecomatlán hay tres edificaciones que te asombran por su belleza arquitectónica. La primera es el arco monumental que te da la bienvenida a la “Atenas de la mixteca poblana y cuna de Antorcha”, este arco cuenta la historia del municipio y, además, funge como museo; la segunda es la Villa Estudiantil, albergue que aloja a miles de estudiantes de escasos recursos económicos que llegan año con año con la motivación de superarse académicamente; la tercera es la más imponente: un edificio completamente de cristal dedicado a las artes.

Se trata de la Casa de Cultura de Tecomatlán, recinto majestuoso de siete niveles, hecho de acero y vidrio con un diseño que se puede apreciar desde cualquier ángulo. De acuerdo con el actual responsable del edificio, Gerardo Becerril Ramírez, el diseño de la Casa de Cultura tiene dos explicaciones para su forma y tamaño. La forma la toma de la apariencia de varios libros apilados, dándole “énfasis a que el arte no es nada más una cuestión técnica, sino también de enseñanza educativa”.

El tamaño y la distribución se explican con la cantidad de pisos, que son siete, número igual al de las bellas artes existentes y que es, justamente, el cómo se divide el recinto. La planta baja está dedicada al ejercicio de la danza, todos los salones están adaptados con la duela y espejos necesarios para ensayar; el segundo es para música, ahí ensayan cantantes, mariachi y la banda sinfónica estudiantil; en el tercero tienen su espacio los amantes del teatro; en el cuarto, los que gustan de la declamación y la oratoria; en el quinto y sexto se juntan la pintura y escultura, en sí, las artes plásticas; el último, es una cúpula desde donde los visitantes pueden admirar una vista panorámica del municipio.

Talento tecomateco, fruto del trabajo cultural de Antorcha

“Siento libertad, me siento bien al tocar una pieza, me gusta estar aquí en la Casa de la Cultura, ya que nos ayudan bastante a sacar nuestras habilidades”, dice el joven Carlos de Jesús Juárez Reyes, quien llegó desde pequeño al municipio, cuando sus padres salieron de Huauchinango para trabajar en Tecomatlán.

Actualmente estudia el tercer semestre en el Centro de Bachillerato Tecnológico No. 110 y, adicionalmente, recién tuvo la oportunidad de ingresar al Conservatorio de Música del Estado, lo que lo hace muy feliz ya que “pienso hacerme músico profesional y estar en una sinfónica u orquesta más grande”.

Carlos piensa que, tal vez, de haber permanecido en Huauchinango esto no hubiera sido posible, pues en ‘Teco’ se inició en la música desde que estaba en quinto grado de primaria, cuando los clubes culturales de las escuelas antorchistas instituyeron el taller de música, poco después, el proyecto de la Banda Sinfónica Estudiantil, que pronto pudo ver la luz.

“Siempre me ha gustado la música, entonces me decidí a meterme y desde que se fundó la banda he estado aquí”, cuenta, mientras afina su clarinete, su actual instrumento. “Como no había muchos instrumentos empecé con una flauta dulce, lo principal para tocar un instrumento de madera, luego llegaron los recursos de parte de los diputados de Antorcha, que gracias a ellos está esta banda, y escogí el Sax alto, ya después me cambié al Sax tenor y posteriormente al Sax soprano, fue cuando me comenzó a gustar más la música y decidí irme al conservatorio, pero decidí cambiarme al clarinete para tener más condición”.

Y es que, ahora la Banda Sinfónica dispone de todo un conjunto de instrumentos musicales de gran calidad, pero hubo un tiempo en el estos eran prestados, rentados o propios, pero en condiciones deficientes.

“La Banda Sinfónica Estudiantil tiene tres años de estar funcionando ya con todos sus instrumentos, estos se adquirieron gracias a la gestión de nuestro dirigente Rodolfo de la Cruz y de nuestros diputados antorchistas; gracias a esa labor, ahora podemos llevar ensayos a nivel profesional”, explica Juan Carlos López García, director y fundador de la Banda Sinfónica Estudiantil.

Para él, el éxito de la labor artística de Antorcha reside en dos cosas: el trabajo de las escuelas por inculcar el arte y la gestión incansable de los líderes antorchistas para conseguir obras.

“Es prioridad para nosotros la cultura, el deporte, tratamos de darles lo mejor posible, nos faltan y fallan cosas, pero estamos en la mejor disposición. Es por eso que todo el recurso que Antorcha ha gestionado se aplica primeramente en cultura, en deporte, en obras públicas y todo lo relacionado a la educación, a la salud; aquí a los niños no se les cobra ni un peso, se les da el material, los instrumentos, estamos siempre como profesores disponibles a convertirlos en músicos profesionales, no a medias”, dice el profesor, al tiempo que su joven pupilo toca las primeras notas de la famosa canción “My way” (A mi manera).

Al terminar su pieza, el joven Carlos nos platica que la música clásica es lo que más le agrada. “En este club se me ayudó bastante ya que tuve las bases principales de la música, aprendí a leer notas, a solfear”, dice y recuerda que, cuando iniciaron con la Banda, no tenían dónde ensayar y se acomodaban en salones que el Instituto Tecnológico de Tecomatlán les prestaba. “Si me siento más cómodo aquí ya que allá no era nuestro lugar definitivo y desde que nos dieron este lugar ya hemos podido ensayar más cómodamente”, afirma con respecto a la Casa de Cultura.

Antorcha: el arte para el pueblo

“La humanidad ha venido perfeccionando el arte, pero se nos ha olvidado el pueblo, ahí está el artista popular oculto, el cantante nato, el bailarín, jóvenes que vienen de poblaciones marginadas y Antorcha está preocupada en llevar arte a esas poblaciones marginadas”, explica el responsable de la Casa de Cultura, Gerardo Becerril Ramírez.

Para Gerardo Becerril, el error de este y muchos gobiernos más está en que se han olvidado de la promoción de la cultura entre los sectores menos favorecidos. “Yo pregunto, ¿qué está haciendo López Obrador? ¿Qué está haciendo Barbosa? No están impulsando las artes, criticaban a los gobiernos, pero antes al menos hacían caravanas artísticas, y ¿qué hace la organización? A pesar de las crisis económicas, siguen impulsando el arte y siguen gestionando obras para que la gente pueda practicar el arte”.

Para sustentar esto, basta recordar la reciente eliminación de 109 fideicomisos nacionales por orden del presidente Andrés Manuel López Obrador, bajo pretexto de que eran parte de la ‘corrupción’ que juró combatir, entre los que se encuentran varios destinados al fomento de las artes y las ciencias.

Esta medida fue ampliamente criticada, por ejemplo, la UNAM indicó a través de un comunicado que en el contexto de la pandemia de covid-19 es importante invertir en educación y generar conocimiento a través de la investigación, la tecnología y la cultura; también reconocidos actores y directores mexicanos criticaron la postura de la cuatroté.

Y es así como con la 4T la cultura sigue en declive. Por eso, el Movimiento Antorchista busca seguir llevando la cultura a todos los rincones: “¿y los pueblos? ¿Donde no hay ni siquiera luz ni agua? ¡Ahí hay artistas! Y esa parte hay que resaltarla, ahí es donde Antorcha quiere llegar, no a las grandes metrópolis, esas ya están llenas de actividades y espectáculos, pero los pueblos marginados son los que, de alguna manera, son el objetivo claro de la organización”.

Si fuéramos delincuentes, ¡no nos preocuparíamos por el arte!

Ahí, entre las paredes de la Casa de Cultura, a distintas horas, el responsable, el maestro y el alumno coinciden en dos cosas: en el amor al arte y en el reconocimiento hacia Antorcha. Los tres coinciden en que solo el Movimiento Antorchista ha hecho algo por la difusión y la práctica del arte en México y, sobre todo, en que la suya no es la organización que pintan los medios de comunicación y los gobiernos.

Los tres afirman que si Antorcha fuera una organización corrupta y delictiva sería imposible desarrollar la labor artística a tan gran escala.

“A quien tontamente piensa que la organización es corrupta, delictiva, les digo, ¿ustedes creen que alguien haría un edificio así destinado al arte? Porque no podemos quitar de un plumazo lo que está visible, la gente puede voltear a ver este edificio, verlo, palparlo, y darse cuenta de que este edificio no se hizo con un presupuesto menor, se necesitaron millones de pesos para que el pueblo tuviera un edificio de esta magnitud, si a los líderes solo les interesara el dinero no hubieran armado un edificio de ese tamaño”, dice el responsable.

Y algo similar opina el director de la Banda Sinfónica: “Son acusaciones de este gobierno de la 4T que nos calumnia, no nos ha dado las pruebas pertinentes y eso es muestra de que son unos mentirosos. Ahí están los recursos que sí se aplican, aquí está el edificio, aquí están los instrumentos, nuestra organización nunca ha sido corrupta y la prueba aquí está”, dice orgulloso mientras señala sus instrumentos y el salón en el que ensayan.

Y, mientras el gobierno de la 4T, federal y estatal, continúa su brutal embestida contra el Movimiento Antorchista, este les responde con pruebas palpables y les dice: ¡aquí están las obras! ¡Aquí están los hechos! Y el arte y la cultura que tanto promueve son ahora la principal bandera de la lucha antorchista y la mejor prueba de que verdaderamente Antorcha lucha por una patria mejor y más justa para todos.