La mesera, la niña con autismo y la hamburguesa rota

**La interacción del personal de un restaurante con una comensal con autismo se volvió un ejemplo de profesionalismo y humanidad.


La mesera, la niña con autismo y la hamburguesa rota

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2013, 10:43 am

(CNN) — Era una mañana de primavera normal para Anna Kaye MacLean. Su hermana de siete años, Arianna, se quedó a dormir en su casa la noche anterior y parecía haberse levantado de buen humor, lo que no siempre ocurre con un niño que tiene autismo.

Después de verificar que el humor de Arianna era lo suficientemente estable como para pasar un día de actividades divertidas fuera de casa, MacLean y su esposo decidieron llevar a Arianna a comer y después a visitar al Conejito de Pascua. Fueron al restaurante Chili’s, donde ocurrió algo bello que se volvió viral.

Antes de que Lauren Wells siquiera pudiera decir: “Hola, bienvenidos a Chili’s; mi nombre es Lauren y seré su mesera”, Arianna ya había recitado emocionada toda su orden: leche con chocolate, una hamburguesa con queso y pepinillos y una orden de papas fritas.

MacLean veía cómo Arianna devoraba las papas fritas, pero no había tocado la hamburguesa.

“Fue realmente extraño”, dijo MacLean a CNN en una entrevista vía telefónica. “Arianna adora cualquier cosa que venga dentro de un bollo para hamburguesa. Está obsesionada con las hamburguesas".

MacLean le preguntó a su hermana si se comería su hamburguesa. “No, no la quiero”, respondió Arianna. “Está rota. Necesito una que esté arreglada”.

Chili’s tiene la política de cortar las hamburguesas infantiles por la mitad para asegurarse de que la carne se haya cocido bien; por eso estaba “rota”.

Cuando Wells regresó a la mesa, notó que Arianna estaba llorando y le preguntó qué ocurría.

“Sé que esto sonará tonto, pero necesito pedir otra hamburguesa. Está cortada por la mitad y ella cree que está rota”, dijo MacLean a la mesera.

Cuando es necesario, MacLean menciona la condición de su hermana, así que explicó discretamente a Wells que Arianna tiene autismo y dijo que quería pagar la hamburguesa adicional. En vez de dirigirse a MacLean, Wells se inclinó hacia la niñita y le habló directamente. Le dijo: “¡Oh, cielos! ¡Te traje una hamburguesa rota! Te traeré una nueva”.

Poco después, Arianna dejó de llorar. MacLean estaba particularmente conmovida y dijo que la interacción de Wells con su hermana era algo que nunca había experimentado antes. “Creo que la mayoría de la gente no sabe cómo interactuar con un niño con autismo por miedo y por falta de conocimientos, así que usualmente interactúan solo conmigo”.

Wells se graduó de la Universidad de Utah en mayo de 2012. Se tituló en psicología y espera hacer trabajo social con niños. También tiene un familiar con autismo y dijo que, aunque pensó que era posible que Arianna tuviera autismo, nunca asume nada.

“La traté como a cualquier otro niño que estuviera llorando, pero en su caso era diferente”, dijo Wells. Se acercó a su gerente, Brad Cattermole, quien le dijo que con gusto cambiarían la hamburguesa rota por una nueva.

También Cattermole fue a la mesa y habló con Arianna para ofrecerle otra disculpa. “Supe que te dimos una hamburguesa rota y lo lamento. Estamos preparándote una nueva, pero déjame traerte unas papas fritas mientras esperas”.

MacLean dice que la interacción fue especial. “Fue grandioso porque fue muy íntimo. [Brad] no trató de ser ruidoso ni de que nadie más se enterara de su presencia. Fue muy, muy privado, muy íntimo”, dijo MacLean.

“Tratamos de que cada mesero se relacione individualmente con cada mesa y Lauren es asombrosa para establecer una conexión con nuestros invitados”, dijo Cattermole en una entrevista vía telefónica con CNN.

MacLean notó que, sorprendentemente, Arianna no estaba molesta por la hamburguesa. “Fue muy extraño porque usualmente eso hubiera provocado un colapso enorme”, dijo MacLean, y explicó que un colapso típico incluye berrinches, tirarse al piso y gritar; a veces se vuelve tan violento que podría lastimarse.

“Creo que lo que impidió el colapso fue que Lauren y Brad hablaron con ella. No hablaban conmigo, sino con ella”.

Pocos minutos más tarde, cuando llegó la nueva hamburguesa, Arianna la miró por unos momentos antes de exclamar: “¡Oh, te extrañé!” y besó la parte superior del bollo.

MacLean tomó rápidamente una foto y la mostró a Wells, quien se alegró y, con una sonrisa de oreja a oreja, preguntó si podía mostrarle la foto a sus compañeros y a su gerente.

“Fue una historia tierna. Nunca había oído hablar acerca de una hamburguesa rota, o de ninguna cosa ‘rota’ en cualquier caso”, dijo Wells mientras explicaba que quería compartirla con sus compañeros porque había sido una interacción muy sincera.

“Ver esa clase de compasión y profesionalismo fue una experiencia realmente conmovedora”, dijo MacLean. “[Lauren] pudo fácilmente haber dicho: ‘Ok…’, y retirarse para traerle otra hamburguesa. Pero fue más allá y siento que todos los involucrados que estaban trabajando ese día, desde la hostess hasta el cocinero, todos fueron súper maravillosos. No estamos acostumbrados a que ocurran esta clase de cosas cuando tenemos situaciones como esa”.