La sequía y la agricultura intensiva matan la ganadería en Ahumada

**En los últimos 30 años nuevas tierras agrícolas irrigadas con pozos han devorado ranchos históricos.


La sequía y la agricultura intensiva matan la ganadería en Ahumada

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2013, 19:09 pm

Ahumada, Chih.- Durante un siglo el ganado encontró en la brava región de El Carrizal y en este gigante municipio llanuras plagadas de pastizales.

Hoy sólo quedan vestigios de ese pasado.

Aquí, donde el Río El Carmen irrigaba las praderas semidesérticas y las lagunas formadas en los bajíos eran bebederos naturales, la sequía y la proliferación de campos agrícolas virtualmente han ‘exterminado’ la ganadería.

En la tercera parte del siglo pasado, aprovechando la bonanza de los pastizales y superados los males que afectaron al hato chihuahuense como la fiebre aftosa y la “alfombrilla”, los ganaderos en Ahumada se convirtieron en una parte importante del pilar económico en la entidad.

Hasta bien entrados los setenta todo iba bien con el ingreso de nuevas razas como la Charoláis, que pastó entre las serranías de El Gallego, La Alcaparra, La Magdalena, Banco de Lucero y Lagartijas.

Luego, los constantes periodos de sequía a partir de la década de 1980, provocaron que la ganadería en Ahumada se redujera, y los propietarios de ranchos encontraron una alternativa de ingresos con la siembra del nogal y la apertura de tierras a la agricultura irrigada con pozos profundos.

La habilitación de nuevas áreas de cultivo atrajo desde Cuauhtémoc a los agricultores de la comunidad menonita, que en principio adquirieron pequeñas extensiones de tierra en la región de Sueco, en el asentamiento Valle de la Esperanza.

Pero desde ahí, en menos de treinta años, las nuevas tierras agrícolas irrigadas con pozos profundos en zonas de libre alumbramiento terminaron por devorar los ranchos ganaderos históricos de Ahumada.

Puras ruinas

Hoy, mientras continúa la devastación de la flora y la dispersión de la fauna con el desmonte ilegal en una superficie superior a las 420 mil hectáreas entre las dunas cercanas a Samalayuca y la frontera con el municipio de Chihuahua, algunas veletas de madera a punto de desplomarse, corrales perdidos entre la maleza, bebederos y pilas sin agua, y cascos de haciendas derruidos y erosionados entre la maleza, se han convertido en vestigios del florecimiento de la ganadería en Ahumada.

Ahí, ya pocos mezquites quedan para dar sombra al ganado, y las brechas creadas para penetrar a los pastizales y para trasladar víveres a los cascos, fueron abandonadas por las condiciones de inseguridad ante el dominio del contrabando procedente de la frontera norte con dirección sur.

De esa actividad preponderantemente ganadera, en un recorrido de El Diario por más de 120 mil hectáreas, apenas pudieron observarse 12 animales en pie, y por la sequía, en condiciones muy endebles.

De esos ranchos donde la riqueza se percibía, permanecen las huellas de una línea de conducción de señales telegráficas que llevaban mensajes al predio del ex gobernador, Óscar Flores Sánchez, el introductor de la raza Charoláis al semidesierto, y uno de los protectores de la actividad ganadera en la entidad.

Su afamado rancho “El 24” es uno de los pocos que no han sido alcanzados por el desarrollo de los campos agrícolas menonitas, etnia que ha ido adquiriendo en promedio extensiones de 20 mil hectáreas entre 2 y 3 millones de dólares.

“Es una cantidad que ante la sequía y las pocas posibilidades de que el ganado continúe en crecimiento, nadie despreciaría. Ni en tres generaciones como ganaderos se podrían reunir tales utilidades que los menonitas ofrecen de un solo golpe”, refiere Ezequiel, un trabajador de un rancho en la región de la sierra de La Alcaparra, donde se observan más de 6 mil hectáreas de nuevas siembras en los predios El Palmar y La Peralta, a casi 30 kilómetros al Este de Villa Ahumada.

Agro en aumento

De acuerdo con el Sistema de Información Agropecuaria y Pesquera de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagarpa), en el año 2004 la superficie habilitada a la agricultura en el municipio de Ahumada era de 8 mil 680 hectáreas mediante el uso de riego, y las cosechas de temporal fueron de mil 540 hectáreas.

Para el 2011, la superficie sembrada con riego se quintuplicó al igual que los cultivos de temporal. Pasaron a 43 mil 892 y 5 mil 456 hectáreas, respectivamente.

Este incremento fue impulsado por la venta de predios particulares, que en Ahumada ocupan 1.5 millones de hectáreas contra 850 mil hectáreas bajo régimen ejidal.

Los principales desarrollos agrícolas se han extendido a los costados del Rancho “El Berrendo”, alrededor del Rancho “El 24”, “El 40”, “El 6” y “El 2”; en “Ojos de San Antonio”, “Santa Rita”, “San Luis” y “San Germán”, “Agua Zarca”, “Álamos de Peña”, El Águila”, “Chivatito”, “La Central”, “Tinajitas” y “Sueco”.

De acuerdo con datos Sel Ayuntamiento, en los últimos seis años los traslados de dominio por la venta de ranchos ganaderos a la comunidad menonita han sido uno de los principales medios de ingreso de recursos para la comuna ahumadense.

Del 2007 al 2012 se registró la operación de compra-venta de al menos 17 predios particulares y seis operaciones de traslado de dominio de tierras ejidales.