Lo deja dentista en silla de ruedas, vive recluso pesadilla

**Erik Castañeda iba por dolor en una muela. El médico le arrancó tres y el hueso de maxilar.


Lo deja dentista en silla de ruedas, vive recluso pesadilla

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2013, 14:29 pm

México, D.F.- De un tirón el dentista le sacó dos muelas, en el forcejeo le tumbó otra y por la violencia de la extracción le fracturó el maxilar.

A partir de ese momento la salud de Erik Castañeda Trejo, de 33 años, fue en picada. Hoy está en silla de ruedas.

Erik es un interno del reclusorio oriente del DF, preso desde agosto de 2010. Durante año y medio la vida en el penal había sido su único castigo, hasta que apareció el dolor de muelas.

El dolor se volvió insoportable el 29 de mayo de 2012, y Erik pidió ayuda al odontólogo Arturo García Nataret. El dentista lo atendió después de exigir y recibir 160 pesos a cambio. Sin placas o estudios previos , procedió de inmediato a la extracción. Pero se equivocó de muela. Después de quebrar la mitad una pieza sana removió la que sí estaba infectada con todo y un pedazo de hueso.

El propio resumen clínico del 31 de mayo de 2012 de la Unidad Médica del Reclusorio Oriente describe las secuelas: “Se observa heridas en los alveolos (hueso que retiene las muelas) correspondientes al segundo y tercer molar superior derecho, ambas heridas con abundante sangrado espumoso; la encía se observa laceración y pérdida de continuidad en su estructura (fractura)”.

En el documento, firmado por la cirujano dentista Martha Patricia Aguilar Salazar —quien atendió a Erik dos horas después de la extracción para detener la hemorragia en su boca—, se describe cómo el paciente tuvo que ser hospitalizado por la infección de las heridas. Su calvario comenzó después del diagnóstico inicial fue trasladado a tres diferentes hospitales públicos que no lo recibieron porque no había especialistas maxilofaciales.

Los expedientes médicos de Erik, elaborados por la Torre Médica de Tepepan, dan cuenta de su progresivo deterioro: en el transcurso de un año la infección bucal se transformó en infección sanguínea, después devino en padecimiento cardiaco y finalmente en artritis que le impide mover piernas y manos.

En el Instituto Nacional de Nutrición, donde es atendido Erik, especialistas le dicen que no podrá ser diagnosticado apropiadamente hasta que no sea internado, solicitud hecha ya por el paciente y a la cual no han accedido autoridades penitenciarias.

A pesar del daño ocasionado, autoridades de salud penitenciarias no pagan los medicamentos. El resumen clínico del paciente, admite que el 10 de junio Érick tenía programada una cirugía maxilofacial que tuvo que ser pospuesta debido a un exceso de glóbulos blancos en el organismo (provocado por su artritis) y al hecho de que “aún no se cuenta con el material de reconstrucción ósea solicitado a los familiares”.

Cronología

 29 de mayo de 2012. El médico retira a Erik Castañeda Trejo piezas dentales y hueso maxilar. Días después es hospitalizado.

 4 de junio de 2012. A decir del reporte del médico general del reclusorio, “se desató una infección en las heridas.”

 7 de diciembre de 2012, informe médico resume: “El paciente presenta dolor y degeneración articular en rodilla derecha, tobillos y muñecas. Tiene una probable endocarditis (infección en el corazón)”.

Y gastan lo que no tienen…

>La madre del interno calcula que en el transcurso del último año ha gastado 30 mil pesos en medicamentos y en tratamiento, mismos que ha pedido prestados. Será el Juzgado tercero de distrito de amparo en materia penal en el DF el que resuelva si el paciente será liberado en virtud del daño a su salud que, con base en el expediente médico, es irreparable. Así lo argumentan sus abogados Javier Cruz Angulo, José Antonio Caballero y Benjamín Salinas. La decisión, sentaría un precedente inexistente en jurisprudencia de tribunales colegiados de la Suprema Corte de Justicia.