Masacres de adictos y agentes baleados, ’’...y aquí no ha pasado nada’’

Por: Alejandro Salmón Aguilera


Masacres de adictos y agentes baleados, ’’...y aquí no ha pasado nada’’

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2010, 19:49 pm

“Después de mi, el diluvio”, dice la frase trillada que la historia le atribuye al rey Luis XV de Francia. En Chihuahua, tal parece que se pretende acuñar la frase “antes de mí, el diluvio”, porque la administración estatal trata de hacernos creer que todo está ya bajo control, con la sola llegada de los actuales servidores públicos y con la aprobación de un paquete de reformas que le echaron años y años de cárcel a los delincuentes.

Tal pareciera que la actual administración trata de hacer ver que Chihuahua ya regresó a la normalidad y que aquí no ha pasado nada: que las ejecuciones en público, las extorsiones y, sobre todo, los secuestros, corresponden a un pasado muy reciente, digamos, a antes del 4 de octubre.

La realidad es brutal y contradice esa actitud de antes de la Revolución Francesa, de creer que con el cambio de monarca todo se transformaba y los problemas de Estado se resolvían mágicamente.

El secuestro sigue, así sea con índices menores a los de antes del 4 de octubre, pero uno solo es demasiado y estamos aún lejos de llegar a la cifra 0. Los dos empresarios que libraron de milagro el “levantón” en el estacionamiento del supermercado “Soriana Juventud”, pueden dar cuenta de ello.

Los niñ@s, maestras y padres de familia del jardín de niños incinerado la noche de este lunes, pueden confirmar que el delito de extorsión sigue rampante, aún con indicadores menores a los de la administración de José Reyes Baeza.

Los adictos que hoy en día pueden dar gracias a Dios por haberlo estado alabando en un lugar distinto cuando un grupo de sicarios llegó y abrió fuego contra su centro de rehabilitación, en Juárez, bien pueden dar cuenta de que los grupos armados siguen entrando y saliendo como si nada de las calles, sin que haya Policía Federal que los detenga.

Los testimonios recogidos por El Diario de Juárez en las inmediaciones de los dos centros de rehabilitación atacados la tarde del domingo pasado dan cuenta de cómo los agentes de la Policía Federal se quedaron viendo cómo los sicarios abrían fuego y seguían su camino, sin estorbarles siquiera.

El diluvio sigue y no hay paloma a la vista que porte el ramo de olivo en el pico, así es que no hay razones para festinar ni mucho menos para lamentarse porque el Gobierno Federal hizo lo propio al publicar su Ley General en Materia de Secuestro y dejar sin efecto las reformas aprobadas en octubre pasado en Chihuahua.

No hay razones para abrir un seminario de “Cultura de la Legalidad”, con bombo y platillo, cuando los automovilistas que usan el Periférico de la Juventud todavía sienten horror cuando cruzan por la avenida Francisco Villa, el llamado “crucero de la muerte”.

El Fiscal General debe dar la cara y explicar lo que está pasando en Chihuahua; escabullirse y esconderse en la camioneta del gobernador no soluciona nada, ni va a cambiar la impresión que tiene la mayoría de la gente; de que las cosas han mejorado, pero muy, muy poco.
(ahoramismo.com.mx)