Ignorancia de jueces provoca injusticias penales a indígenas

Indica el Presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos


Ignorancia de jueces provoca  injusticias penales a indígenas

Lily Dueñas
Mayo de 2012, 10:10 am

Chihuahua, Chih.- Las victimas y los sujetos a proceso jurídicos de origen indígena en Chihuahua, son víctimas de injusticias, en la mayoría de los procesos jurídicos, esto según el Presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, José Luis Armendáriz González.

Sin una cosmovisión cultural, los jueces no dejarán de cometer injusticias en contra de victimas y procesados de origen indígena, ya que no comprenden sus costumbres, no se trata de solo capacitarlos si no sensibilizarlos, que el juez este en la cosmovisión y pueda juzgar tomando en cuenta bajo el ojo y percepción de un indígena de lo contrario siempre se estará cometiendo una injusticia, explicó Armendáriz González.

Como ejemplo está el caso de Carmela Aguirre Moreno que en noviembre de 2008 fue encarcelada tras ser acusada de talar mil 71 árboles en su parcela, la acusada de origen indígena argumentabá que derribó los pinos que unos ejidatarios plantaron sin su consentimiento en la parcela de maíz que ocupaba para alimentar a su familia, ubicada en el recóndito caserío de Caborachi, a casi un día de distancia caminando de la cabecera del municipio de Guachochi, enclavado en la región serrana de la entidad. No obstante, para las autoridades violó el Código Penal Federal.

En muchos casos, las fallas en los procesos judiciales como la falta de un traductor como marca la ley en casos de juicios a indígenas, marcan una gran diferencia, ya que si no comprende de lo que se les acusa ¿cómo podrán defenderse?, el caso de Carmela es un claro ejemplo ya que no contaba con un traductor. En el año 2000 la población raramuri era de 121 835 personas y de estas el 72 por ciento eran hablantes de la lengua raramuri1. Los raramuri forman el 92 por ciento de la población indígena de la región. Los otros pueblos indígenas son: los tepehuanes (odame), los guarijios (uarijios) y los pimas (o’odham).

Otro caso fue el de Adela Ramírez de 22 años que paso siete años presa en Chiapas por no saber decir en español "yo no maté a mi hijo”, estuvo presa por qué no pudo aclarar que no aborto a su hijo si no que había sufrido un accidente.

Hay otros ejemplos en Chihuahua registrados por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, en los que por no entender las necesidades lingüísticas o ideológicas de los indígenas se han cometido graves agravios, por ejemplo el caso de un hombre rarámuri, que quedó preso por no saber distinguir entre plural y singular y aseveró que después de caminar en fila “íbamos en fila bajando el cerro, después cuando cruzamos el río ya lo habíamos matado” dijo, sin embargo el personal de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, se dio cuenta desde el principio de su erróneo uso de los términos singulares y plurales.

Es por esto que la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Chihuahua, pide que se “Que los jueces se sitúen en los zapatos de los indígenas, que el juez este en la cosmovisión y pueda juzgar tomando en cuenta la percepción de un indígena de lo contrario siempre se estará cometiendo una injusticia, los jueces pueden cometer atropellos en materia cultural, solo por ignorar sus costumbres, la forma de asumir derechos y obligaciones tiene que ver con formación de valores culturales por eso no solo el apoyo de un traductor es necesaria si no también de la intervención de antropólogos sociales y jurídicos y sicólogos y manejar una figura nueva la affidávit una luz que da un experto sobre una cultura costumbres de ello para que se genera mayor sensibilidad al momento de sancionar y tratar a las víctimas.

Es así entonces que en opinión de la CEDH, si no se logra la concientización y el reconocimiento de las razas indígenas sus derechos más básicos serán siendo ignorados.