Todo empezó con Deza y Ulloa

Por Flora Isela Chacón


Todo empezó con Deza y Ulloa

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2015, 11:41 am

La celebración de los 306 años de la ciudad de Chihuahua no se entendería sin la presencia de este personaje nacido no en esta capital, sino en Puebla, y que llegó al estado para fundar el Real de Minas de San Francisco de Cuéllar el 12 de octubre de 1709, que posteriormente sería llamado simplemente Chihuahua.

Hijo de don Fernando Deza y de Ulloa y de doña Antonia Marcia de la Llana, Antonio Deza y Ulloa nació en Huejotzingo, Puebla, en 1658 y llegó a ser capitán de infantería en 1681 y después alcalde mayor y administrador de los bienes de la Nueva España.

De acuerdo con Salvador Treviño en "Del Chihuahua colonial" gracias a las investigaciones realizadas por los historiadores Francisco R. Almada y Zacarías Márquez, hoy se sabe que Deza y Ulloa fue gobernador de la provincia de México en 1696, alcalde ordinario del Ayuntamiento de México, así como gobernador de la Nueva Vizcaya de 1709 a 1712; y estuvo involucrado con quienes recolonizaron el Nuevo México.

También hay indicios de que don Antonio, rodeado por un ambiente de piedad, magnificencia y cultura, fue una especie de mecenas para varios estudiantes, y además, su hermano Francisco fue un literato eximio y obispo en la América del Sur; lo que convirtió a don Antonio en uno de los políticos más instruidos de su tiempo.

Sin embargo, lo que habría de poner a Deza y Ulloa encabezando la celebración por el aniversario de la ciudad de Chihuahua, ocurrió en los primeros días de octubre de 1709, durante una visita a Santa Eulalia, donde convocó una asamblea de diecisiete ciudadanos prominentes para decidir sobre el sitio que ocuparía la nueva ciudad.

Ahí se reunieron todos y discutieron los pros y los contras de la propuesta de quedarse en Santa Eulalia o bien, establecerse en un nuevo asentamiento ubicado donde se juntaban los ríos Chuvíscar y Sacramento; ya en la votación, sólo uno de ellos se abstuvo de hacerlo, generando un empate.

Fue precisamente don Antonio quien resolvió la situación, eligiendo la segunda alternativa y nombrando a la nueva ciudad "El Real de Minas de San Francisco de Cuéllar".

Posteriormente, el 12 de octubre de 1709, justamente 217 años después de que Cristóbal Colón llegara a América, Deza y Ulloa expidió el decreto que daba origen ya formalmente al Real de Minas de San Francisco de Cuéllar, primer antecedente de lo que hoy es la ciudad de Chihuahua.

Luego de convertirse en el primer gobernador del nuevo asentamiento, don Antonio Deza y Ulloa murió a los 70 años, el 20 de septiembre de 1728, y sus restos fueron inhumados en el templo de San Francisco de Asís, recibiendo de propios y extraños los honores correspondientes y dejando tras de sí la fundación de una nueva ciudad, que próximamente celebrará sus primeros 306 años.