Vivebús: no finjamos demencia, todos fuimos responsables

**Antes de querer colgar a la CTC del mástil más alto, los políticos -todos- deberían examinar cuánta responsabilidad tiene cada uno en esta crisis.


Vivebús: no finjamos demencia, todos fuimos responsables

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2014, 18:09 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera

Ahora todos nos quejamos del sistema Vivebús, de la empresa que lo administra y de los altos precios que pretenden cobrar por pasaje. Todos estamos indignados, especialmente la clase política: de aquí y de allá se oyen voces que quieren auditar a la empresa Coordinadora de Transporte Colectivo y hasta quitarles las concesiones por el mal servicio que le han dado a la ciudad desde que iniciaron operaciones.

No deberían de ir tan rápido. Antes de querer colgar a CTC del mástil más alto, los políticos -todos- deberían examinar su actuación en torno a la entrega de la concesión, luego hacer un examen de conciencia y sopesar cuánta responsabilidad tiene cada uno en esta que es una auténtica crisis de movilidad urbana.

Primero, los partidos, incluido el PAN, que ahora quiere auditar a la CTC, deben recordar que sus representantes en el Congreso del Estado, aprobaron paquetes de reformas para darle a los concesionarios del transporte todo lo que pidieron, y más.

No sólo se les relajaron las obligaciones en materia de antigüedad de las unidades, sino que además se les entregó parte del activo de la ciudad, como fueron los carriles confinados, los paraderos y las terminales norte y sur. Así lo dice la reforma a la Ley de Tránsito que aprobaron todos los partidos políticos.

La reforma a la Ley de Transporte y sus Vías de Comunicación que aprobó la 63ª Legislatura en su última sesión representa casi un cheque en blanco para los actuales concesionarios del transporte público, quienes ahora, además, no sólo serán dueños del sistema troncal, sino también de una parte del equipamiento urbano.

Más aún: la 63a Legislatura aprobó reformar el artículo 30 de la Ley de Transporte, para que la antigüedad máxima de los camiones de pasajeros ya no fuera de 10, sino de 15 años. Es decir, les aumentaron un 50 por ciento el margen de maniobra para renovar su parque vehicular.

Al aprobar esas reformas, los legisladores no repararon en permitir que el público usuario dependiera de camiones viejos y mal mantenidos con los cuales se les da servicio a las llamadas “rutas alimentadoras” con las cuales se accede a la troncal del Vive Bus.

En la adecuación que hizo el Congreso a ese artículo 30, se establece que “Las unidades de transporte que se utilicen para el servicio colectivo de pasajeros serán de modelo no anterior a diez años, quince para las rutas troncales, y los automóviles de alquiler a siete años, de fabricación nacional o internados legalmente al país”.

Ya desde antes del inicio del Vivebús abundaban las quejas por el mal estado en que se encontraban las unidades, y es que existía el “tope” de 10 años. ¿Cómo estarán cuando alcancen los 15 años de antigüedad?

Por si fuera poco, se les aumentó cinco años más de vigencia de las concesiones.

Suena fácil ponerse bravo contra una empresa que presta un servicio público de manera deficiente. Es de lo más sencillo subirse a una ola de indignación y pedir que le quiten a CTC la concesión. Lo que no está tan fácil es hacer un examen de conciencia y ver que todos fueron responsables de que los concesionarios tuvieran el margen de maniobra para operar sin un control de calidad y, de paso, hasta con una ampliación en términos de antigüedad de vehículos y de posesión de concesiones.