¿Y el estacionamiento, la banqueta y los clientes? ¿A dónde se fueron?

**Comerciantes de las calles Aldama y Juárez se quejaron de la mala planeación del Municipio, al ampliar las banquetas y no dejar estacionamiento para sus clientes.


¿Y el estacionamiento, la banqueta y los clientes? ¿A dónde se fueron?

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2016, 10:37 am

Chihuahua, Chih.- ¿Y el estacionamiento, la banqueta y los clientes? ¿A dónde se fueron? Comerciantes de las calles Aldama y Juárez se quejaron de la mala planeación del Municipio, al ampliar las banquetas y no dejar estacionamiento para sus clientes.

Criticaron la ampliación de las banquetas de sus negocios, porque como consecuencia directa de esa arbitrariedad, se quedarán sin acera para estacionamiento de sus clientes y proveedores y eso puede llevarlos a la quiebra, como sucedió en otras áreas donde se hicieron ese tipo de obras, concretamente y de manera reciente, en la avenida Venustiano Carranza.

Recordaron también la partida de calle que hicieron en la Ocampo con el Vivebús, que se comió dos carriles y dejó al comercio sin acceso y sin estacionamiento para los clientes.

"Queremos obras de mejoramiento, pero funcionales" recalcó Eduardo Gutiérrez propietario del negocio "Don Marcos" en Aldama y Boulevard Díaz Ordaz.

Contrastó que en 1970, durante el gobierno de Oscar Flores y el alcalde Ramón Reyes, su familia se vio obligada a tumbar más de la mitad de su finca para ampliar la Avenida Aldama y a la autoridad no le importó que tenía menos de un año de construida y debían la hipoteca; pero ahora, la orden es modificar el área y reducir la calle a dos carriles, casi como estaba antes. En aquel año, el gobierno sólo llegó y marcó las fincas para su derribo, ya que la idea era ampliar las calles del centro de la ciudad y presumir que había mucho espacio para el automovilista, aunque realmente no había muchos autos en Chihuahua.

Ahora que el parque vehicular es exagerado, la orden es reducir las vías como estaban antes para que los transeúntes puedan desplazarse.

Recordó que en esa época su madre Florencia se vio afectada de su salud y falleció del coraje y preocupación de perder su patrimonio.

Aquella vez, les dieron la opción de hacer el derribo con su dinero para rescatar ventanas, puertas y otros materiales y no les ofrecieron indemnización alguna. La ampliación de las calles les dejo un metro de fondo y unos 10 de largo, y para poder aprovechar la finca tuvo que comprar unos salones de una escuela que estaba atrás.

Señaló que el coraje es que perdieron entonces a su mamá y la mayor parte de la finca por ampliar la calle, para que ahora se busque reducir la vialidad, con el fin de hacer hermoso el centro historico, pero sin ver que sea funcional.

Esta es una obra más donde se busca la belleza pero no lo funcional, como se hizo ya en las arterias principales como la Ocampo, donde el Vivebús redujo las calles y hasta obliga a parar en cada estación por el semáforo que tiene en cada estación.

Eduardo Gutiérrez lamentó que la autoridad solo piense en lo bonito, en lo estético, banquetas grandes, arbolitos y otra iluminación, pero no en hacer funcional y facilitar la operación de los negocios.

Coincidió con el comerciante Lauro Ochoa, propietario de la talabartera El Herradero, en Juárez y Quinta, así como el encargado del restaurante de comida rápida El Coliseo, Hiram Medrano en el señalamiento de que que la autoridad nunca les pidió parecer o alguna propuesta para mejorar el área.

La autoridad simplemente les notificó de las obras de ampliación de las banquetas, reducción de los carriles de las calles, la instalación de adoquines , árboles y nuevo alumbrado, pero tampoco precisó cuánto iba a tardar eso.

Lauro Ochoa criticó que las autoridades hayan planeado unilateralmente reducir un carril a la Avenida Juárez de la Ocampo hasta le Boulevard Díaz Ordaz, ya que de por si es difícil transitar y estacionarse en esta área por el poco espacio.

Planteó que si se reduce la calle y amplia la banqueta, lo más seguro es que eso afectará a los negocios del centro, por lo que mejor prefieren los cajones para autos.

El comerciante dijo que las autoridades han hecho cosas que perjudicaron la actividad comercial en la zona centro, como cerrar las cantinas, construir los juzgados en el Barrio de San Pedro que por muchos años era el lugar de llegada de los rancheros y sus familias.

Esta era la entrada de toda la vida del ranchero, de la gente de campo que llegaba a la ciudad, aquí llegaba a las cantinas a tomar una cerveza y mandaba a su señora con los niños a realizar las compras y eso generaba negocios para muchos establecimientos.

Pero con la construcción de la llamada Ciudad Judicial todo eso se acabó, la gente ya no llega aquí y muchos negocios ya cerraron.

Señaló que la gente que va al edificio de los juzgados, no generá hasta ahora negocio a los comercios aledaños, porque la gente que llega ahí, va a lo suyo, a revisar sus expedientes y ver qué avance lleva su caso y se va, es raro el que busca un local para comprar algo.

Apuntó hacia la zona de descanso de la Ciudad Judicial y señaló que nunca ha visto a una persona sentada en esas bancas

Además ese edificio también propició el aumento de las rentas en la zona, y ejemplificó que su vecino pagaba siete mil pesos mensuales por el inmueble y ahora le cobran 25 mil, por lo que en lugar de generar negocios, quedó peor de lo que estaban.

Lauro Ochoa criticó que las autoridades nunca consulten a la gente para sus obras, porque creen que lo saben todo, cuando deberían por lo menos pedir el parecer de quien tiene toda la vida en el negocio, como su caso que tiene ya 50 años en el punto.

Planteó que no espera que la autoridad haga lo que la gente diga, pero que por lo menos tome un poco de sus ideas para hacer obras funcionales.