La fracturación hidráulica y los riesgos del gas shale

**En el desierto de Chihuahua, para hacer rentable la extracción de este hidrocarburo, se requieren millones de litros de agua... que no hay.


La fracturación hidráulica y los riesgos del gas shale

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2013, 15:55 pm

Las consecuencias medio ambientales y sociales que implica la técnica del fracking o fracturación hidráulica, para la extracción de gas shale o gas de esquisto, fueron discutidas en la plenaria que organizó la Red de Diálogos Ambientales (REDIAM) y el ITESO.

Se dieron cita en el Auditorio M de la casa de estudios, Aroa De la Fuente, miembro del Centro de Análisis e Investigación en el Equipo de Proyectos de Industrias Extractivas, Claudia Campero coordinadora para Latino América del Food and Water Watch y del proyecto del Planeta Azul del Consejo Canadiense y Jaime Avilés, escritor y periodista.

¿Qué es el fracking o fracturación hidráulica? ¿Qué tiene que ver con la Reforma Energética?

Según De la Fuente, La Reforma Energética de Peña Nieto está basada en el argumento de que los yacimientos de petróleo más accesibles se están agotando y entonces la explotación de otros hidrocarburos como el gas de esquisto o gas shale, es la única opción que se ha tomado en cuenta. La técnica que existe para liberar este gas es el fracking o la fracturación hidráulica.

El gas se encuentra naturalmente atrapado en rocas de esquisto, entre mil y cinco mil metros de profundidad. Se perfora un pozo verticalmente y después de manera horizontal. Para que el gas salga, inyectan agua a presión, con un coctel de químicos para que la roca se abra para dar paso al gas. Los más grandes yacimientos de gas shale o gas de esquisto, se encuentran en el Golfo de México, en Tamaulipas, Cohahulia, Veracruz, Nuevo León y Chihuahua, según lo expuesto por De la Fuente.

La Alianza Mexicana contra el Fracking, a la que pertenecen De la Fuente y Caludia Campero, surge en este año para mostrar y difundir los grandes impactos de dicha técnica.

La técnica no es rentable

Económicamente el gas de esquisto o gas shale es poco rentable. Se puso el caso de la explotación de Chicoltepec, donde se ha invertido más dinero del presupuesto público, de lo que realmente se produce. Simplemente para saber si los lugares ubicados como potenciales de producción, tienen viabilidad, se requieren enormes inversiones de dinero.
Pemex calcula que de 2012 a 2016 se invertirán 30 mil millones de pesos únicamente para la exploración de las zonas. Toda esta inversión aun sabiendo que el 80 por ciento de los pozos puede no ser productivo.

¿Cuáles son los impactos ambientales en el agua y en la sociedad?

“El fracking hace un uso intensivo del agua, la contamina, contamina el aire, contribuye al cambio climático, además genera un gran impacto en las comunidades”, según Campero.
A decir de Campero, desde hace 10 años en Estados Unidos, se está haciendo de manera extensa y de ahí es de donde se tiene la mayor parte de la información sobre los impactos de esta técnica. Se utiliza en promedio, de 9 a 29 millones de litros de agua, pero hay pozos que han llegado a usar 80 millones de litros. Pero para que dicha técnica pueda ser redituable, se necesitan cientos de pozos, entonces son cientos de millones de litros de agua.

Son 750 químicos aproximadamente los que se mezclan con el agua y provocan cáncer, mutaciones y alergias: 13 mil litros de químicos por pozo.

Campero continúo con la exposición diciendo que en las comunidades, el impacto a la salud es el más doloroso y serio. El tráfico pesado de pipas de agua y químicos provocan accidentes en las carreteras y obviamente derrames de los químicos. La luz y el ruido de las plataformas molestan porque están instaladas muy cerca de las viviendas. No es compatible con otras actividades como la ganadería (ya que la leche ya estará contaminada), el turismo o la agricultura. Además, la movilidad laboral de los trabajadores provoca mayores problemas sociales e inestabilidad.

Las alternativas, según De la Fuente, son: reducir la quema y venteo de gas, el aprovechamiento de las plantas hidroeléctricas que hay en el país, el mayor uso de fuentes de energía limpias y renovables y la voluntad política de los ciudadanos y los políticos para crear estos cambios.

“Todas estas técnicas de destrucción de la naturaleza no tienen ninguna utilidad para nosotros. Todo el oro que extrae México se va al mercado internacional y aquí no deja nada más que destrucción, cuando México quiere comprar su propio oro se lo venden a precio de oro. Lo mismo pasa con el shale”, señaló Avilés.