El verdadero origen del 1 de Mayo no fue la matanza de obreros en Chicago

**Es en el Congreso Obrero Mundial (París, 1889), que por primera vez se toma el acuerdo de elegir una fecha universal de lucha contra el capital y contra sus gobiernos, cuya demanda central sería la reducción de la jornada de trabajo a ocho horas.


El verdadero origen del 1 de Mayo no fue la matanza de obreros en Chicago

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2017, 10:43 am

(Extracto de la Conferencia Obrera No. 12, del libro "Conferencias Obreras", del Ing. Aquiles Córdova Morán, consultable en: http://www.antorchacampesina.org.mx)

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Muchas versiones se dan en las historias oficiales, en las historias burguesas, acerca del origen y la historia de la lucha por la jornada de ocho horas, pero todas absolutamente, esconden que fue la Internacional de Marx la que formuló por primera vez la reducción de la jornada de trabajo como una demanda universal de los trabajadores, y que fue el Congreso fundacional de la II Internacional el que la fijó en ocho horas y eligió el primero de mayo como día de lucha internacional para reclamar dicha jornada.

Y aquí permítaseme una digresión oportuna. Todo mundo sostiene que el primero de mayo es una fecha que nació con motivo de la muerte de los líderes obreros de Chicago y para "conmemorar" dicho sacrificio. Esto es rotundamente falso en su esencia. Y vean ustedes, compañeros obreros, hasta dónde es necesario sacudirnos la cultura burguesa, que muchos de nosotros damos por buena sin ponernos a pensar que los poderosos nos engañan hasta en los libros, porque ellos hacen la historia a su modo, como les conviene, engañando a los pobres para poder manipularnos mejor.

La verdad es que mucho antes del asesinato de los mártires de Chicago por la "justicia" burguesa de los Estados Unidos, el movimiento obrero ya venía discutiendo la necesidad de ponerse de acuerdo sobre una fecha única, universal, para que el gran ejército del trabajo protestara contra la explotación capitalista. Y ya se habían hecho algunos intentos esporádicos. Precisamente, la gesta de los mártires de Chicago no es la causa, sino la consecuencia, de este interés de la clase obrera mundial por encontrar una fecha de protesta universal.

Es en el Congreso Obrero Mundial, celebrado en París en 1889, cuando, por primera vez, se toma el acuerdo de elegir una fecha universal de lucha, de protesta contra el capital y contra sus gobiernos, cuya demanda central sería la reducción de la jornada de trabajo a ocho horas. Y, sólo de modo secundario como póstumo homenaje a los mártires de Chicago, se acuerda que esa fecha sea el primero de mayo. Pero fíjense ustedes bien en la diferencia: el acuerdo fundamental consiste en una fecha única, universal, de lucha por la jornada de ocho horas y por todas las demás reivindicaciones obreras; y fue la gesta de Chicago la que inclinó a los congresistas a votar porque esa fecha, que de todos modos se habría elegido alguna, fuera el primero de mayo. No fue la gesta de los mártires de Chicago la que hizo surgir la necesidad de una fecha universal del proletariado; por el contrario, fue esta última la que hizo nacer el primero de mayo.

Así pues, el primero de mayo, como fecha, como jornada de lucha de los obreros, se debe, en cierta forma, a la Primera Internacional Obrera de Marx. Debo agregar, como prueba adicional de todo esto, que el primer primero de mayo revolucionario, auténtico, no se celebró en 1887, al año siguiente de los asesinatos de Chicago, como era lógico esperar de acuerdo con la versión burguesa con la versión burguesa, sino en 1890, es decir, al año siguiente del congreso fundador de la II Internacional.

Por último debo añadir que para fijar la demanda de las ocho horas y la fecha de lucha internacional de los obreros, tuvo una gran intervención el yerno de Marx, Paul Lafargue, quien estuvo asesorado muy de cerca por el viejo Engels quien, después de la muerte de Marx, se convirtió en el principal asesor del movimiento obrero mundial. Este es otro patrimonio cultural de los obreros que hay necesidad de rescatar de las deformaciones de la historia oficial.