Jacob Zuma jura como presidente de Sudáfrica

**Zuma, de 72 años, inició su segundo mandato con retos como la creación de empleos, la mejora de los servicios públicos y el crecimiento.

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2014, 22:32 pm

El Presidente reelecto inicia oficialmente su segundo y último mandato este sábado, enfrentándose a grandes retos en materia de empleos, servicios públicos y crecimiento económico.

Jacob Zuma, presidente electo de Sudáfrica, fue investido hoy como jefe de Estado para gobernar por otros cinco años, durante una ceremonia celebrada en la sede del Gobierno en Pretoria, la cual contó con la participación de más de 40 líderes internacionales.

Zuma llegó al poder en el año 2009 y fue reelecto tras la victoria de su partido, el Congreso Nacional Africano (CNA), el pasado mes de mayo con 62.15 por ciento de los votos.
“Prometo sincera y solemnemente hacer todo lo que haga avanzar a la República y oponerme a todo lo que pueda dañarla”, declaró Zuma desde el estrado.

El mandatario juró su cargo ante el juez del Tribunal Constitucional, Mogoeng Mogoeng, tras la lectura del preámbulo de la Constitución sudafricana y el ejercicio de tres helicópteros del Ejército sudafricano que hicieran ondear la bandera del país en el cielo.

A la ceremonia asistieron el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan; el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, y Michel Temer, vicepresidente de Brasil.

Zuma, de 72 años, inició su segundo mandato con retos como la creación de empleos, la mejora de los servicios públicos y el crecimiento, tras cinco años marcados por los escándalos de corrupción en los que se le ha visto envuelto, el mayor de los cuales fue la remodelación de su residencia privada en Nkandla con dinero público, bajo el argumento de que necesitaba aumentar la seguridad del complejo.

El pasado mes de diciembre, Zuma fue abucheado durante el servicio religioso ofrecido por el fallecimiento de Nelson Mandela ante la presencia de jefes de Estado de todo el mundo.
Los primeros cinco años de Zuma en el poder fueron marcados por las constantes huelgas en el sector minero y las protestas en las zonas más deprimidas de ciudades de todo el país por la falta de servicios públicos.