Quinto informe de Omar Fayad: más pobreza en Hidalgo

**En 2016, cuando el entonces candidato a gobernador Fayad prometió cambiar las comunidades indígenas, hoy, Yahualica, una de ellas, sigue igual o peor de marginada; el 87.5% de su población vive en la pobreza.


Quinto informe de Omar Fayad: más pobreza en Hidalgo

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2021, 05:11 am

Por Ricardo Alberto Calleja
Buzos de la Noticia

En 2016, en su primer discurso de campaña política por el gobierno de Hidalgo, Omar Fayad Meneses se comprometió a “emprender un trabajo con toda mi emoción y esfuerzo para que nuestras comunidades indígenas, de una vez por todas, puedan tener agua, drenaje y luzˮ.

Hoy, cinco años después, Yahualica, el municipio donde hizo dicho compromiso, sigue igual o peor de marginado sin que la mayoría de sus habitantes cuenten con servicios de agua potable, drenaje y electricidad, como recientemente evidenció el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) al dictaminar que el 87. 5 por ciento de su población vive en la pobreza.

En la misma situación se encuentra gran parte de las miles de familias que residen en las regiones urbanas y rurales de la Huasteca, la Sierra Gorda, la Sierra Oriente, el Valle del Mezquital y el Altiplano, donde se ubica Pachuca, la capital hidalguense.

Juan Bautista Hernández, líder social en Yahualica, dijo a buzos que los compromisos de Fayad en esa población de la Huasteca hidalguense “fueron eso: solo compromisos y palabras. La gente creyó, pero se puede decir que solo vino a engañar a los campesinos indígenas; se aprovechó de su necesidad para ilusionarlos, porque puedo asegurar que no hay ni agua, ni se hizo lo del drenaje y lo de la luz sigue igual. Parece que es un privilegio para unos pocos”.

Las cifras del Coneval confirman lo dicho por Bautista: entre 2016 y 2020, durante el periodo gubernamental de Fayad, se incrementaron los índices de pobreza baja, moderada y extrema. En su primer año de administración había un millón 478 mil 800 personas en situación de pobreza y en 2020 un millón 570 mil 600, es decir, había 91 mil 800 pobres más.

La población en pobreza extrema –categoría en la que la gente padece hambre y carece de todo tipo de satisfactores– se elevó de 234 mil 300 a más de 252 mil y la pobreza moderada pasó de un millón 244 mil 600 a un millón 318 mil 600.

En 2020, el Coneval reportó la existencia de dos millones 401 mil 200 hidalguenses con tres de las seis posibles carencias clasificadas en el Índice de Privación Social, las que los ubicaron por debajo de la línea de bienestar mínimo. En esta situación se hallan incluso varias colonias de Pachuca, toda vez que no cuentan con servicios de agua, luz, drenaje y pavimentación de calles.

En 2016, la población sin acceso a los servicios básicos en la vivienda era de 327 mil 900 –los cuales prometió cubrir Fayad–, pero dicha cifra se duplicó y llegó a 635 mil 100 en 2020.

El pasado 1º de junio, habitantes de la comunidad de Xuchitlán, del municipio de San Salvador, se manifestaron frente a Palacio de Gobierno para exigir que el gobernador Fayad Meneses cumpliera los compromisos que había firmado durante su campaña.

Entre sus demandas se hallaba la pavimentación de carreteras; la construcción de un módulo administrativo en el Colegio de Bachilleres; un arcotecho para la escuela primaria Raza Otomí y el preescolar Luis Donaldo Colosio; la conclusión de una planta de tratamiento de aguas residuales; un Centro de Salud y sistemas de agua potable y drenaje.

La respuesta del gobierno estatal de Omar Fayad fue el lanzamiento de proyectiles con gas lacrimógeno, una de cuyas balas impactó en la cabeza del joven Leobardo Hernández Regino, quien días después perdió la vida en el Hospital General de Pachuca.

Los hidalguenses no pueden enfermarse

La pobreza en Hidalgo se debe a la falta de empleos y a los bajos salarios tanto rurales como urbanos. En 2016, la población vulnerable por ingresos era de más de 136 mil; en 2020 se sumaron a este sector 63 mil 900 personas, para alcanzar la cifra de 199 mil 900.

En la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), reveló que en el segundo trimestre de 2021 Hidalgo registró la cuarta tasa de informalidad laboral más alta de México, solo por debajo de Oaxaca, Chiapas y Guerrero.

En su desglose, la ENOE informó que 954 mil 343 hidalguenses, cifra equivalente al 73.6 por ciento de la población ocupada, se desempeñaban entonces en actividades precarias, es decir, en la informalidad laboral, sin contratos de trabajo, servicios de salud ni prestaciones sociales y laborales.

Durante los últimos tres meses de 2020, esta precaria situación propiciaba que 51 de cada 100 hidalguenses tuvieran ingresos inferiores al costo de la canasta básica alimentaria, según el Coneval. Esto significa que el 51 por ciento de la población estatal (167 mil personas) alcanzó a comer lo mínimo indispensable.

La Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en los Hogares (ENIGH) del Inegi, reportó la misma situación en 2020, al detectar que 522 mil hogares enfrentaron dificultades para satisfacer sus necesidades alimentarias; también que en 153 mil al menos un adulto sintió hambre y no pudo comer y que alguno de los integrantes de 114 mil hogares comió solo una vez al día.

El número de hidalguenses sin seguridad social también creció de un millón 420 mil a dos millones 62 mil. Ahora, siete de cada 10 no tienen derecho a la seguridad social, en contraste con la anterior administración, en la que cinco de cada 10 carecían de este servicio.

En la administración de Omar Fayad Meneses, enfermarse está prácticamente prohibido, como lo evidencian los hechos. En las colonias urbanas y las comunidades rurales no hay centros de salud que brinden la atención médica adecuada y donde existen, no hay medicamentos.

En un Hospital Regional ubicado en Nopala que se halla inconcluso, el personal médico colocó dos avisos. Uno decía: “¡Por favor, no te enfermes, no contamos con insumos ni medicamentos!”; el otro tenía esta leyenda: “Al gobierno estatal y federal: ¡basta de trabajar con lo mínimo indispensable! ¡Necesitamos insumos!”.

Estas frases revelan la situación de los servicios de salud, no solo en ese municipio del Valle del Mezquital, sino en todo el estado.

En 2016, 421 mil 600 personas carecían de servicios de salud; hoy, esa cifra se duplicó, pues ya son 833 mil. Los médicos han tenido que salir a las calles a protestar contra el desabasto de medicamentos en clínicas y hospitales, sin que hayan recibido ninguna respuesta favorable, pese a la contingencia sanitaria provocada por el Covid-19.

“No hay nada de medicamentos, van los señores porque están enfermos y no hay nada de medicina; no hacen caso ni el Presidente ni el gobierno. Al gobernador no le interesa la salud de la gente, no hay ni para fiebre ni para tos; y en los centros de salud no hay doctor”, refiere Marcos Cabrera Tolentino, campesino de la comunidad de San Ambrosio, Huehuetla.

El Visor Geoespacial de la Pobreza y Covid-19, elaborado por el Inegi, informó que en Hidalgo la población de 57 municipios donde se registran contagios con el virus SARS-COV2 no tiene acceso a servicios de salud; y que, en 55 de las 84 demarcaciones del estado, entre el 70 y 98 por ciento carece de Seguro Social.

“El trato en los centros de salud definitivamente no es como debe ser. Llevé a vacunar a mis pequeños y no había las vacunas, entre ellas la del tétano. Pedí desparasitante y no había, tuve que comprarlo”, denunció Teresa Dávila Delgadillo, habitante de Tulancingo de Bravo.

Rezago educativo se ha agravado

Con la pandemia, la situación escolar en la entidad se ha agravado. Miles de estudiantes se vieron en la incapacidad de tomar clases en línea, En abril de 2020, cuando se “iniciaron” las clases virtuales del programa Mi Escuela en Casa, la mayoría de los más de 900 mil alumnos de educación básica no pudieron acceder a dicho sistema porque carecen de los medios tecnológicos necesarios, ya que apenas tienen para comer.

La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información (ENDUTI) del Inegi, señaló que solo el 30 por ciento de los hogares tiene Internet, lo que significa que solo tres de cada 10 estudiantes toman las clases de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH).

Además, según el Inegi, en la entidad hay 779 mil viviendas, de las cuales 528 mil (67 por ciento) no tienen computadora. En Hidalgo, la gente tendría que decidir entre comer o adquirir una computadora, y contratar el servicio de Internet es un gasto completamente fuera de sus posibilidades.

Estudiantes y maestros han denunciado que el gobierno de Omar Fayad ha restringido el gasto educativo estatal. En marzo de 2020, cerca de medio centenar de docentes del Bachillerato Coronel Nicolás Romero, ubicado en Pachuca, se quedaron sin salario porque el gobierno estatal distrajo recursos de la SEPH para atender la pandemia, denunció Aurora Hernández Viveros, maestra de matemáticas en ese plantel.

En la misma situación se hallan jóvenes de escasos recursos que habitan en albergues estudiantiles de Pachuca, Mineral de la Reforma, Zacualtipán y Huejuetla, a los que la administración estatal retiró subsidios con los que cubrían gastos de alimentación, energía eléctrica, agua e internet.

Campesinos, olvidados

Los campesinos de Hidalgo se encuentran en total abandono de las autoridades; apenas sobreviven a la pandemia y a eso hay que sumar el largo estiaje de este año y la ausencia total de un plan del gobierno estatal para apoyar a este sector. Este año, como en el anterior, no recibieron semilla mejorada y fertilizantes, lo que ha dificultado la siembra de sus parcelas, de las que obtienen algunos recursos para alimentar a sus familias.

Este año, la sequía afectó a 68 de los 84 municipios del estado, según la delegación de la Comisión Nacional del Agua en Hidalgo. Ni la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ni la Secretaría de Desarrollo Agropecuario Estatal (SDAE) han mostrado la mínima preocupación por los campesinos, pues se limitaron a solicitarles que retrasaran sus actividades de siembra de la temporada primavera-verano.

Los agricultores denunciaron al inicio de ese año; el secretario particular del titular de la SDAE, Carlos Muñiz Rodríguez, les dijo en una reunión que los apoyos para el campo eran inciertos, porque no había recursos, ya que los destinados para el campo habían sido enviados para atender la pandemia.

“No quieren dar nada y ahorita dicen que con la pandemia están apoyando, pero no se ve nada; exigimos al gobernador Omar Fayad que nos ayude como prometió”, dijo con el rostro cabizbajo Rey Trejo, campesino de Alfajayucan.

Hoy, en Hidalgo, la mayoría sufre las consecuencias del fracaso del gobierno de Omar Fayad Meneses, quienes además de no cumplir con sus compromisos de hace cinco años, mantiene cerradas las puertas de Palacio de Gobierno cuando los hidalguenses acuden a solicitarle alguna solución a sus problemas.

En la entidad ha aumentado la pobreza, los servicios de salud se han deteriorado, decenas de miles de hidalguenses no tienen garantizada la alimentación de sus familias y gran parte de las comunidades urbanas y rurales carecen de los servicios básicos.